Vicente Pinillo, el papá del voleibol en Risaralda
Hablar de Voleibol en Risaralda y no nombrar a Vicente Pinillo es una falta de conocimiento y por supuesto de respeto. Vicente ha dedicado toda su vida a este deporte que por años le dio sus mayores alegrías. ¿Qué es de la vida de Vicente? ¿cuáles fueron las razones que lo impulsaron a dejar de trabajar? ¿volverá a dirigir un equipo de voleibol? Esta es la historia del hombre que marcó un antes y un después en el deporte risaraldense.
Vicente Pinillo Marín nació en Pereira el 04 de octubre de 1955. Tuvo 4 hijos: Diego Hernán, Victoria Eugenia, Carlos Andrés y Marcela Pinillo Quintero; y aún convive con Melba Quintero, su esposa y compañera de vida.
Sus hijos son parte esencial para él y aunque ya estén “grandes” como lo dice Vicente, siempre serán lo más importante. Además, también han estado en el mundo del deporte y lo recuerda con orgullo.
“Diego es el mayor, es sordo mudo y es más conocido que yo en el volei. Mi Hija Vicky es economista, jugó con Bogotá y Risaralda, y fue Campeona Nacional por Risaralda. Mi hijo Andrés fue el que más lejos llegó, jugó en Ecuador, en España y fue levantador de Colombia mucho tiempo, y mi hija Marcela, a ella no le gustó el volei, pero fue campeona nacional de gimnasia”
Efímero paso por el fútbol
Aunque toda su vida la ha dedicado al voleibol, Vicente estuvo un tiempo practicando el fútbol y representando a la Selección Risaralda. Esto sucedió en los años 60 y principios de los 70.
Estuvo en varios torneos e interclases y se destacaba por su disciplina. También fue preseleccionado para ser parte del equipo de fútbol en un Campeonato Nacional en 1971
Por cosas de la vida llegó al voleibol
Recuerda que el historiador Mario Montoya fue la primera persona en hacer partidos de voleibol. “hacían una cancha con tablas y ahí jugaban un largo tiempo, yo a veces iba pero normal, a estar en la malla nada más”, contó Vicente.
Su primer acercamiento sucedió en un interclases de voleibol en el colegio cuando estaba en décimo grado. Al equipo le faltaba un jugador y le dijeron que si podía ayudarlos.
“Yo no sé cómo hice. Saqué por debajo, recibí con antebrazos y pasé el balón de volei con dedos sin que nadie me enseñara… Todos estaban sorprendidos”, recordó Vicente con emoción.
Coincidencialmente después de ese juego entrenaba la Selección Risaralda de Voleibol y automáticamente el entrenador le dijo que hiciera parte del equipo. Al cabo de un mes y medio, Vicente Pinillo estaba representando a Risaralda en Manizales en el Campeonato Nacional de 1971.
Como jugador estuvo presente en una General en Cartagena en 1973, en los clasificatorios a Juegos Nacionales del mismo año en Bogotá y en Juegos Nacionales en 1974.
“El voleibol lo es todo. Es mi vida y mi pasión, por el volei levanté a mis hijos y tengo un matrimonio. Creo que todo me lo dio el volei y todo se lo debo a él”.
Su vida como entrenador de voleibol
En 1975, cuando tenía 20 años, se fue para el Chocó gracias a la motivación y confianza que le brindó Isain Correa, docente en el municipio de Santa Rosa de Cabal.
En Liga de Voleibol del Chocó tuvo la oportunidad de entrenar a varios jugadores que tiempo después se dieron a conocer como una generación gloriosa.
“En el equipo estaba Justo Mena, Isaias Robledo, Manuel Córdoba. Eran grandes jugadores los recuerdo mucho, tuvieron mucho éxito”, comentó Vicente.
Estando en dicho lugar realizó un Curso Internacional de Técnicas de Voleibol y así fue como puso en práctica todos los conocimientos y la pasión por enseñar.
Después de 6 meses regresó a Pereira y empezó a trabajar con las escuelas de formación de la ciudad.
“Yo prácticamente empecé a escribir la historia del voleibol Risaralda y hemos llegado lejos. El voleibol es un niño mimado para mí, así tenga 50 años de historia”
Vicente Pinillo fue monitor de la Liga Risaraldense de Voleibol en 1981 y estuvo al frente de los procesos formativos del departamento durante varios años.
Vivió de cerca la creación de proyectos base en los colegios Iném, el Instituto Técnico, la Salle y el Salesiano en los años 80 y 90. Este último, de gran trascendencia en su recorrido, pues estuvo representándolo en diferentes Olimpiadas Salesianas, Intercolegiados y Campeonatos Nacionales de Menores.
En el año 1989 y 1990 fue bicampeón de Menores a nivel nacional en representación con Risaralda.
Estuvo presente en 8 Juegos Nacionales. En 1988 fue Sub Campeón con la Selección Risaralda y en 1995 fue campeón con la Selección de Bogotá.
Omar Parra, colega y entrenador de las selecciones de Risaralda de voleibol en la rama femenina, tuvo la fortuna de estar con Vicente en muchos procesos en la ciudad.
«Vicente es un hombre grande para el voleibol y por décadas llevó a Risaralda en las mejores posiciones, lo aprecio y merece todo mi respeto», dijo Omar Parra.
Lideró la Selección Nacional de mayores. También dirigió hombres, mujeres y la mayoría de la vida deportiva ligado a los procesos infantiles. Estuvo tres veces de entrenador de la Selección Colombia.
En 1986, tuvo la oportunidad de viajar a Brasil para la Sudamericana Juvenil con la Selección Colombia quedando en 5to lugar, en 1988 en Caracas ocupó en 4to puesto y en 1990 estuvo en Argentina en la ciudad de Catamarca.
“Creo que lo gané todo con el voleibol, me siento orgulloso. Yo hice historia en este deporte, hago parte de eso y me siento feliz”
La capital de Colombia tuvo la fortuna de tener a Vicente 10 años de su vida
En los años 90 decidió migrar a Bogotá después de que su vida en Pereira necesitara un aire diferente.
En Bogotá regeneró todas las categorías y en el 2000 trabajó con diferentes universidades entre ellas la Universidad Jorge Tadeo Lozano y la Universidad Nacional
2007 el regreso a la ciudad
Cuando se fue para Bogotá, Vicente pensó que su ciclo en Risaralda había terminado. Aunque no fue una decisión fácil, regresó para poner orden al deporte en la ciudad, pues cuando se fue, una parte del voleibol se fue con él.
Aunque en ese lapso hubo entrenadores importantes en la Liga Risaraldense. La práctica y la disciplina del Voleibol le hacía falta la experiencia y el amor que Vicente Pinillo le profesaba a este deporte.
“cuando regresé me encontré con el coliseo abandonado, el techo estaba mal, sin luminarias, los baños no funcionaban, la cancha como tal era un desastre. Me dolió mucho. Ni siquiera había un equipo de mujeres conformado”, comentó con tristeza.
Vicente Pinillo empezó desde cero en Risaralda. Comenzó a citar mujeres y a hablarles de la disciplina y constancia que merecía este deporte. Sin embargo, los tiempos habían cambiado y la indisciplina no la iba a tolerar.
“Yo era muy jodido, un día le dije a unos jugadores que para ganar había que entrenar y los hice ir al Coliseo de lunes a sábado de 6 a 9 p.m. Ellos rumbeaban mucho y la primera vez que se hizo el entreno un sábado solo fueron 7 de 30 jugadores. El lunes llegaron común y corriente y yo les dije: que pena con ustedes, pero yo fui muy claro, ustedes no vuelven. Me tocó sacar a un montón de muchachos por eso”, cuenta Vicente mientras afirma con su cabeza.
Mario Angee, actual Secretario de Cultura, Recreación y Deportes de Dosquebradas, tuvo la fortuna de trabajar con Vicente cuando decidió volver a Risaralda.
«El profesor nos mostró el camino. La verdad yo quería volver a tener títulos a largo plazo, pero fue increíble cuando en el primer año logramos la primera medalla, eso muestra que la experiencia y la sabiduría forman parte de los logros y los procesos serios», señaló Mario Angee.
También recuerda con nostalgia sus viajes juntos al extranjero y todas las experiencias que vivió con él en el coliseo.
«Es un trabajador incansable, había que apagarle las luces de coliseo porque él llegaba 1:30 o 2:00 p.m y se daban las 10:00, 11:00, 11:30 de la noche y quería seguir trabajando», contó Mario Angee a Semilleros Deportivos
Liga Risaraldense de Voleibol por fin volvió a figurar.
En el 2007, la Universidad Andina tuvo gran importancia en la vida de Vicente. Juntos retomaron los procesos universitarios que por años estuvieron descuidados.
Duberney Soto, Vicepresidente de la Liga Risaraldense de Voleibol, tuvo la fortuna de trabajar 10 años de su vida con él y todo el amor que Duberney siente por ese deporte se lo inculcó Vicente.
«Es un gran maestro, gran ser humano, formador y gran padre de deportistas. Es mi mentor en esto del voleibol y la pasión que siento ahora por el voleibol es única. Hablar de Vicente es hablar de perseverancia y trabajo», comento Duberney Soto
Tuvo la oportunidad de estar en un Zonal Universitario en Neiva y quedar campeones, además de realizar presentaciones en Perú y Argentina.
En el 2010, Vicente ya volvía a darle respiro al Voleibol. Desde ese año el deporte en la región tuvo una renovación importante y se preparó fuertemente para estar en diferentes Juegos Nacionales.
En el 2019 fue Campeón Nacional en Voleibol Femenino Infantil, donde compartió y vivió ese triunfo con Ximena Castaño, la entrenadora del equipo.
Ese mismo año fue reconocido por ACORD por toda una vida en el deporte.
En el 2020 Vicente ha recibido diferentes reconocimientos virtuales y aún tiene mucha energía para seguir adelante.
“Tomé la decisión de dar un paso al costado”
En el 2014-2015 se retiró de la Universidad Andina y de la Liga Risaraldense de Voleibol.
Las jornadas largas, el cansancio, el desgaste, la jubilación y la familia hicieron que el voleibol estuviera en un segundo plano.
El lema de Vicente siempre ha sido, “yo trabajo para ganar” y hasta hoy en día no lo ha cambiado.
Aún se siente fuerte y con energía, pero también es consciente que hay que darle paso a otras personas que quieran aportarle al deporte.
Se cuida mucho con la salud, camina bastante y trata de distraerse con la familia los fines de semana.
Le hace falta el ambiente, el coliseo, los jugadores, los triunfos… y espera poder disfrutar de los Juegos Nacionales 2023 desde la grada con su familia y compañeros.
Espera que las personas que se encuentran al mando de la liga tengan el coraje de sacarla adelante, “me da mucha tristeza que todo esté tan desorganizado y abandonado, la pandemia ha influido mucho. Yo sacrifiqué mi familia por el Voleibol. Yo logré que la Liga en Risaralda fuera importante y espero que ellos mantengan ese legado”. concluyó Vicente Pinillo, el entrenador de voleibol más reconocido de Risaralda.
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