Una liga femenina no se organiza en tres meses y la gente del fútbol sabe
Todo parece indicar que las voluntades en este 2020 cambiarán. Que las oportunidades para la realización de la cuarta versión del torneo femenino en Colombia serán más evidentes.
Es claro para cualquier organizador de eventos deportivos, que un campeonato profesional no se organiza tres meses antes, menos cuando las disposiciones económicas deben ser altas en materia de patrocinios. Eso lo saben con exactitud quienes orientan la ruta del fútbol mundial, el asunto es que en algunas zonas del mundo, como Suramérica, hay mentes rezagadas para aceptarlo.
En Colombia, para ser más precisos. Hay un grupo importante de dirigentes deportivos, de equipos tradicionales que le están haciendo un gesto esquivo al fútbol femenino, dejando esto a merced del destino, del Estado y de las maniobras que desde comercial realizar algunos equipos para motivar a la empresa privada a apoyar estos proyectos.
Es en este contexto donde las futbolistas colombianas encuentran escasas oportunidades en el balompié local, esas acciones terminan perjudicándolas a ellas.
¿Por qué una liga femenina no se organiza en tres meses?
Porque pese a la insistencia de los actores del deporte en Colombia, por reconocer la importancia que tiene un escenario de competencia para ellas. Todavía algunos dirigentes de equipos se resisten a construir ambientes idóneos para la práctica del fútbol femenino.
Cuando menos, un proceso logístico de fútbol femenino en un equipo profesional, requiere de un año para poder elaborar en la parte deportiva y económica los ejes que le darán la posibilidad de rodar de forma básica en el calendario, pues a veces rodar bien no solo implica ganar partidos, involucra toda la responsabilidad laboral de los organismos deportivos con el talento humano.
Desde la Federación Internacional de Fútbol Asociado, FIFA, lo tienen claro. Por eso hasta con ocho años de anticipación definen las sedes de las citas orbitales, con años de anticipación definen sedes de torneos internacionales. Lo que permiten tiempos prolongados para maniobrar y desarrollar todos los planes comerciales y de mercadeo, con la vinculación de las marcas, el lobby político, todo lo que es necesario para ejecutar acciones deportivas, en beneficio de las súper estrellas. Esas que ganan miles de millones de pesos al año.
Voluntad- Tiempo
Si no existe la voluntad, el tiempo se desestimará. Por eso el país en los últimos tres años ha navegado en un mar de incertidumbres respecto a la realización del campeonato femenino. La carencia de voluntad además tiene consecuencias, que se explican en la manera apresurada de cómo algunos clubes en el país dejan todo para última hora. Ejemplo, Once Caldas de Manizales en el 2019.
Sin embargo, si Once Caldas es un ejemplo negativo en el 2019, para el 2020 se ha convertido en un ejemplo positivo, pues le brindó la posibilidad al mismo plantel de sostenerse. De mantener su base y competir en torneos domésticos en el departamento, para luego ilusionarse con la liga. Voluntad-tiempo.
Deportivo Pereira va por el mismo camino. De la mano del director deportivo Felipe Euse, el respaldo hacia el fútbol para las mujeres ha sido constante. Desde el área administrativa al plantel matecaña femenino se le ve con buenos ojos. Eso es un espaldarazo necesario en tiempos de incertidumbre.
Está claro que cualquiera puede organizar un campeonato en tres meses, pero organizar una liga profesional, con todo lo que el concepto profesional implica, difícilmente. Por eso se ratifica que las tres versiones anteriores carecen de ese sentido, sin deslegitimar el esfuerzo hecho por los clubes que dieron cátedra administrativa y deportiva.
Pasarán cerca de cuatro años más para que Colombia pueda gozar de un campeonato de nivel, que no solo impulse al ciudadano a ver representado este escenario como una alternativa de entretenimiento, sino como un ejemplo a nivel suramericano que le brinda oportunidades al deporte femenino.
«Unidos somos más. Más deporte, más región»