Foto/Carlos Marín
Foto/Fausto Castañeda
Recibí la invitación del Club Alianza FC para acompañar la entrega de los uniformes que llevarán sus jugadores cuando participen, por segunda ocasión, en el torneo internacional MIC (Mediterránea International Cup de Fútbol en España), por lo cual siento orgullo y sobre todo un agradecimiento especial con los familiares de estos niños que asistirán en representación de Colombia en Europa.
No me alcanzo a imaginar cuántos esfuerzos han tenido que hacer para lograr asistir nuevamente a este evento. Desde solicitar pasaportes de cada uno de los jugadores, con todo lo que ello implica, pensarse el desplazamiento (vuelos, alimentación, logística y demás… ) pero también pensarse un proceso deportivo que llene de sentido las expectativas y los intereses de todos, incluido el ciudadano que por alguna razón no se entera de los asuntos verdaderamente importantes que suceden en su localidad.
Esta semana, cuando recibí la invitación del Profesor Gonzaga Perez, para asistir a este espacio y ofrecer “unas palabras” como me lo indicó él, me quedé pensando… ¿qué le puedo decir a estos pelaos?… ¿por qué Gonzaga y seguramente Jorge “Chiqui” Alzate, creen que les puedo decir algo importante?... y por supuesto la pensadera hoy me tiene acá escribiendo a ustedes con algo que creo importante para decirles, pero es algo que en lo personal solo ustedes pueden dotarlo de sentido. Es decir, solo cada unos de ustedes y en especial cada niño jugador puede darle valor… pero no hablo de un valor económico, obvio no hablo de ese valor. Sino de un valor que es mucho más poderoso y es el valor que para mí, ya los hace inmensamente ganadores, inmensamente campeones. Ese es el valor de lo simbólico.
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Hoy, cuando reciben este uniforme, realmente lo que están haciendo es recibir un valor simbólico. ¿Qué significa para ustedes este uniforme que hoy están recibiendo?...
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En mi historia de vida, tengo más valores simbólicos que valores económicos. Y eso me hace una persona rica. Como ustedes a su edad, también pasé por experiencias similares. Algunos viajes, hoteles, y la angustia de ir a la cacha a ganar. Pero de todo ello, me queda en la memoria y en el sentir, el recuerdo imborrable de lo que viví.
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El Profesor Walter Aristizabal, también invitado especial al evento de hoy, hace 20 años fue mi técnico de fútbol… y seguramente él tenga sus propios recuerdos, esos que tienen guardados allí con gran valor simbólico sobre lo que ha sido la experiencia del fútbol en su vida…. pero quizás el no sabe, nunca se lo he dicho, que entre mis recuerdos de mayor valor simbólico, está el. Y les voy a contar por qué.
Foto/Carlos Marín
A los 18 años… estaba jugando con la Selección Risaralda Juvenil… siempre llegaba tarde al entrenamiento, no por descuido o irresponsabilidad; los profes sabían que yo salía corriendo de clases de Comunicación Social en la Universidad Católica Popular de Risaralda, para llegar al entrenamiento que se realizaba allí mismo en la cancha de la Liga Risaraldense de Fútbol, (mi familia me exigía que siguiera estudiando antes que dedicarme al fútbol); Y tenía que hacerlo para corresponder con la confianza de mi mamá. Pero un día, cuando llegué tarde… el profe Óscar Cardona no me dejó ni siquiera saludarlo y mucho menos cambiarme para entrenar. Así, con la voz de mando que manejan todos los directores técnicos… me dijo “coja un taxi y váyase ya para las oficinas del Pereira”… “váyase en un taxi rápido…, pero muévase que allá no puede llegar tarde”.
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Yo no entendía que sucedía. Cuando me subí al taxi, muchas ideas llegaron a mi cabeza; entré al edificio y fue el Gerente Deportivo del momento quien me recibió… sus palabras aceleradas fueron…- mijo, présteme su documento de identidad porque el profe Suarez lo necesita con el equipo. (El Profe Suarez es Alberto Suarez hoy Técnico del Deportes Quindio).
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Yo le entregué mi documento y luego me preguntó, – ¿ud qué talla es en camiseta…?. Yo respondí – talla L.
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Enseguida, llegó una de las secretarías con la Tula No 31 (un maletín gigante del Deportivo Pereira, por supuesto rojo y amarillo.) Adentro estaba el uniforme de presentación empacado en bolsas nuevas. Una pantalón con camiseta, chaqueta, short, toalla y una gorra…. todo marcado con el número 31 y obviamente con los colores del Grande Matecaña.
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– Esté listo que ya viene el profe Walter por usted complementó la secretaria.
Y así fue, en unos instantes apareció Walter Aristizabal con quien ya nos conocíamos desde la 1C el año anterior y en ese momento era el Asistente Técnico del profesor Alberto Suárez. Así como siempre ha sido, con su forma de ser tan jocosa, el profe me dijo – Flaco qué… muy contento?…. no se me asuste pues.
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Por dentro yo ya me estaba asustando, por fuera le dije “todo bien profe”... me subí al carro con él y nos dirigimos a la concentración del Deportivo Pereira en una finca vía al Colegio La Salle por Cerritos. Ese día fue mi primera integración con el equipo profesional… ese día, también tuve que mentirle a mi mamá sobre dónde iba a dormir… porque yo tenía temor (por algo de inmadurez) de que en mi casa no creyeran que ya estaba con el equipo profesional. Al otro día, jugaba el Deportivo Pereira contra un equipo de Palmira, y allí en el banco de suplentes estuve yo… con el uniforme del Deportivo Pereira y en un estadio a medio llenar. El resto de esta historia quedará por narrarse….
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Hoy, 19 años después, me encontré otra vez con Walter Aristizábal en el estadio Hernán Ramírez Villegas, y con ustedes los jugadores y padres de familia, para recordar el bello momento en que yo recibí el uniforme; no fue un acto simbólico y fue poco lo que jugué con el… pero fue mucho lo que me marcó. Yo no tuve esta bella oportunidad de recibir el uniforme en un acto simbólico como este, pero yo le di valor simbólico al acto propio y personal que me tocó vivir… porque además, esa noche cuando el Deportivo Pereira le ganó a Palmira 3 goles a cero, yo regresé a casa en un bus urbano, luciendo los colores de la institucionalidad matecaña, algo poco común para un jugador del equipo profesional.
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Foto / Carlos Marín
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Muchachos, estoy seguro que hoy recibieron el uniforme para que se sientan importantes, la finalidad de este acto de entrega es que ustedes se sientan comprometidos, que le den valor a esa camiseta que los va a acompañar por Europa en la Copa Internacional. Que cuando se la pongan allá, recuerden el valor que tiene representar a esta tierra, a esta gente. Que cuando se la pongan sientan la piel de su familia, sientan la piel de sus sueños y lo entreguen todo dentro y fuera de la cancha. Y que, siendo o no siendo campeones del torneo, regresen sintiéndose felices por hacer parte de un club que hoy los hace campeones de la vida, porque la experiencia desde hoy cuando reciben este uniforme hasta el día en que pisen a su regreso el aeropuerto matecaña, será una experiencia imborrable en sus vidas.
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Váyanse siendo conscientes que más que ganar títulos ustedes van es a ganar una vivencia que va a marcar sus vidas. Y como ésta vivencia se va a quedar en sus vidas para siempre, por aquello del valor simbólico que contiene; procuren disfrutarla, sentirla, gozársela, salgan a la cancha como amigos alegres… quítense el peso de tener que ser campeones a la fuerza. Los campeones no se fuerzan, los campeones se hacen en la alegría de jugar con seriedad. No hay nada más serio que jugar; todo juego tiene reglas, normas, pero sobre todo exige compromiso. Si su compromiso es disfrutarlo, divertirse, aprender, compartir, solidarizarse, y ganar con alegría… muy seguramente con este uniforme que hoy reciben simbólicamente, quedará un bello recuerdo en sus vidas y en las de sus papás, mamás, familiares en general y en la de una ciudad que los ha visto crecer, desarrollarse y vivir el deporte a flor de piel.
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Muchas gracias, y mis mejores deseos de éxito en su experiencia. Ustedes también son Orgullo Regional.
«Unidos somos más. Más deporte, más región»