Sebastián López, el volante impredecible que brotó Pereira
Ha pasado desapercibido en muchos partidos, pero su aporte se hace fundamental en la dinámica de juego. Él es Sebastián López Bermúdez, el pereirano que hace méritos por ser un atleta integral en el deporte rey.
Con 17 años y 1.71 metros de estatura se hace lugar en el medio campo; no es corpulento, pero tiene el temple ideal en su personalidad para disputar una pelota. El volante 10 de La Cantera es uno de los futbolistas de mejor proyección del fútbol risaraldense y como dicen sus allegados, «es muy talentoso e impredecible».
«Escogí el fútbol, lo llevo en el corazón desde pequeño. Además Dios siempre lo manda con un don a uno, siento que me dio ese hermoso don de poder jugar al fútbol», palabras que reflejan la conexión que tiene el jugador con este deporte.
La experiencia le ha impregnado a López esa idea de poder sumar, antes que restar en un equipo, llegando a generar buenas sensaciones en los técnicos que lo han dirigido. En la Copa Telecafé 2019, se consolidó en el medio campo de La Cantera, organismo que levantó el trofeo de campeón y tuvo en el ’10’ ese respaldo suficiente y necesario para ocupar el primer lugar.
«Sebastián López es un deportista que tiene un talento innato, diría yo que lee el juego de una manera diferente al común denominador de los deportistas de acá de la ciudad, siempre que el balón pasa por los pies de él, sucede algo importante, eso lo hace influyente y determinante en el campo de juego», compartió Jhon Edison Avellaneda, técnico que lo dirigió en la Copa Ciudad Pereira, Torneo Nacional y Copa Telecafé.
Es que precisamente en el campeonato de fútbol aficionado más prestigioso de la región, fue que mostró sus verdaderas condiciones, «Parecía que no era menor. Por su capacidad de observación, de entendimiento del juego y aparte de eso por el carácter que tiene dentro del campo, tiene todas las condiciones para ser un gran atleta», añadió Avellaneda.
Ha transitado por Comfamiliar Risaralda, en el 2015 viajó a Chile para conocer de cerca los procesos del Colo Colo y en el 2018 se fue hacia Barranquilla para probarse con el representativo de esta ciudad en la segunda división. Trayectoria que han estrechado más ese lazo que tiene con la esférica, porque Sebastián no solo juega fútbol, entiende que para hacerlo necesita tener un estilo de vida que le permita mejorar su perfil. «No practico ningún otro deporte diferente al fútbol, pero sí voy al gimnasio y en mi tiempo libre veo más fútbol», agregó.
Su carrera, que apenas empieza, también está permeada por el estudio, por eso cuando no está en competencia o prácticas, dedica horas a prepararse academicamente. En la actualidad cursa octavo y noveno grado, claro, sin desprenderse de ese sueño de «Llegar muy lejos, ser uno de los mejores del mundo y representar a Colombia en un Mundial, ser un ejemplo para los niños que van creciendo día a día. Quiero llegar a jugar la Liga Premier», complementó.
«Sebastián es un jugador muy inteligente, y más que en la posición de la que el juega se necesita mucho la inteligencia, es un jugador que da el 100 por ciento en el campo de juego, no se guarda nada y además es un gran compañero, una gran persona dentro y fuera del campo, y algo tiene que lo representa mucho, que es la humildad», manifestó Gilberto Córdoba, amigo del futbolista.
Quienes saben del deporte recomiendan tener una motivación para la búsqueda de objetivos, esto lo cumple a cabalidad, dentro de las motivaciones del día a día se encuentra su familia. «A mí en la vida me motiva: la familia y las personas que me rodean de buena energía y siempre han estado conmigo; me motiva el apoyo de mis padres qué día a día luchan para cumplir este hermoso sueño, igualmente me motiva mi talento que con eso puedo ser muy grande en la vida. Siempre llevo a Dios por delante, que no me deja rendir y eso me motiva para alcanzar grandes cosas en la vida», puntualizó.
Es así como el jugador ahora busca abrirse posibilidades en más clubes de Colombia. Por estos días anda en Antioquia, territorio futbolero por excelencia, que podría quedarse con el talento pereirano.