Santa Rosa de Cabal tiene un estadio y hay que darle vida
Foto / Carlos Marín
Cuando uno visita el escenario deportivo se encuentra con un espacio con las condiciones necesarias para albergar diferentes torneos de carácter municipal, departamental y hasta regional. Lo único que le falta al escenario es dinamismo, aparte del que le ofrece Atletismo, una Liga que viene haciendo buen uso del lugar.
El año anterior (2017) se sostuvieron varios debates en el Concejo de Pereira y en la Asamblea de Risaralda en lo concerniente a los escenarios deportivos, la escasez de espacios para que diferentes escuelas, clubes y ligas puedan desarrollar sus actividades a plenitud fue el centro de las discusiones, que como la gran mayoría en estos recintos no terminan en nada.
Sin embargo, después de visitar el estadio de Santa Rosa, percibí que es un lugar poco explorado, un sitio alejado del contexto capitalino. El Alberto Mora Mora y el Hernán Ramírez Villegas han copado la atención de los risaraldenses que llegan a presenciar con más frecuencia, diferentes eventos deportivos en estos dos estadios.
Aunque el estadio Arturo Arbeláez, como se llama el lugar, en honor al abuelo del técnico Juan Carlos Osorio, es comparable con estructuras del Fútbol Profesional Colombiano como el Eduardo Santos, de Santa Marta, escenario sumido en el abandono; incluso en plazas que son hogares de clubes de la Liga Águila, entre ellos están el Polideportivo Sur de Envigado, el Metropolitano Ciudad de Itagüí, que tienen un aforo de entre los 10 mil y los 12 espectadores, incluso el Luis Carlos Galán Sarmiento de Soacha, donde Tigres oficiaba de local.
El de Santa Rosa por supuesto, solo tiene una tribuna, con una capacidad aproximada de cinco mil asistentes, que alberga esta cantidad de gente es festividades locales; en conciertos y celebraciones propias de municipio. Son contados los eventos deportivos que se realizan allí, que en su mayoría tienen una convocatoria reducida.
En 2016, la queja por parte de un medio de comunicación de la zona, fue el mal estado de la cancha, después que la Alcaldía autorizó un concierto para los santarrosanos. ¿qué decir?
Los estadios del departamento no deberían ser utilizados para ningún evento artístico que no cumpla con las condiciones necesarias y las garantías suficientes para su protección, conservación y auto sostenimiento.
Mientras en Pereira diferentes escuelas, clubes y ligas se baten en discusiones por estructuras idóneas para promover el deporte, el estadio de Santa Rosa está allá, al nororiente de Risaralda en plena calma, sin dar gritos, ni convocar grandes eventos de región.
Esperamos que el estadio de Santa Rosa de Cabal no sea administrado como estaba siendo administrado el Hernán Ramírez Villegas, con una visión netamente comercial, con unas exigencias que imposibilitaban su explotación desde lo deportivo, social, formativo, hasta desde lo comercial mismo por los altos costos.
Que la autonomía de la Alcaldía de Santa Rosa también les permita entender que el deporte y el mercadeo deportivo abre infinitas posibilidades, que lo turístico se puede enlazar con una intención deportiva si se quiere.
No se trata de inundar de fútbol el sitio; pero sí de consentirlo, darle más vida, porque un estadio así debe ser de mayor provecho para los risaraldenses.
