Noche de emociones y contrastes para los deportistas del Eje Cafetero
Noche de emociones y contrastes para los deportistas del Eje Cafetero
La escena de los Juegos Centroamericanos en Barranquilla pone en descubierto fortalezas y debilidades de los deportistas, y por ende también, de sus necesidades de formación integral en las respectivas disciplinas.
Emociones y contrastes para los deportistas
Mientras las selecciones masculina y femenina de Rugby, con Giovanni Carvajal y Daniela Alzate integrando los Tucanes de la tricolor, lloraron al conseguir el anhelado medallón de oro; en el boxeo, Jenni Marcela Arias lloró de impotencia por no colgarse la máxima distinción en su categoría.
Pero cualquiera que fuese la situación, al final las protagonistas de la jornada fueron de nuevo las emociones.
Sí, la emociones. Así como un deportista se forma en las particularidades de una disciplina, en su técnica, en el conocimiento de sus normas, en la preparación y condición física y hasta en la “mentalidad ganadora”, también es necesario formarse en las emociones.
Y no es que haya algún error en expresar las sensaciones que luego del triunfo o la derrota quedan, las cuales aparecen en principio con una mirada afortunada o desafortunada, según corresponda. Pero también es necesario, revaluar dicha mirada “fortuita”, para abordarla desde la capacidad del deportista por tener control de sus emociones antes, durante o después de la competencia.
Solo por mencionar algunas, antes de competir está el temor, la ansiedad; durante la competición aparecen el vigor, la determinación, la autonomía y hasta los sentimientos de autoridad. Posteriormente, llegan las emociones de la tristeza o la alegría, hasta el llanto o la risa, pero siempre al final en el escenario deportivo, las emociones son protagonistas.
¿Entonces? Si las emociones están antes, durante y después del momento de la competencia, ¿qué tanta formación o desarrollo de capacidades han recibido nuestros deportistas para enfrentarse a una posible frustración o a una placentera victoria?
Las emociones pueden educarse, porque se definen en términos cognitivos, como la capacidad de asumir mentalmente la situación de otra persona para estimarla en vez de juzgarla. En conclusión, no está mal que el mismo deportista se cuestione su frustración y mucho menos cuando el resultado está fuera de su control; pero también es cierto que estar preparado para dicho cuestionamiento implica tener un total dominio de su condición emocional y ello pasa incluso por tener presente la misma racionalidad autocrítica, que le permita explicar y explicarse la razón de su frustración o de su victoria.