La realización de eventos deportivos debe ser una motivación para los dirigentes
Como retos y grandes oportunidades, así se deben ver los eventos para los organismos que trabajan entorno al deporte. La lógica contemporánea y las nuevas tendencias invitan a ello como una estrategia para masificar el deporte.
Por estos días el equipo periodístico de Semilleros Deportivos cubre la versión XXIII de los Juegos Centroamericanos que se realizan en Barranquilla, del 19 de julio al 3 de agosto, un reto de 100 mil millones de pesos para la ciudad, para Colombia.
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Los elementos que invitan a realizar un encuentro de esta magnitud sugieren la unión de voluntades que coincidan con un objetivo común, en la medida que esto se desarrolle, el éxito de la propuesta se empieza a construir de manera sólida, los centroamericanos ya están dando resultados.
El comité organizador de los juegos inició hace tres años un sueño: brindarle a la ciudad la oportunidad de mostrar su gestión ante la comunidad internacional. Con el apoyo de Coldeportes, el Distrito, el Comité Olímpico Colombiano, la Gobernación del Atlántico y la empresa privada, consiguió una alianza perfecta para responder ante las exigencias de construir nuevos escenarios, preparar la política para hacer de este lugar un ambiente deportivo durante 16 días en el 2018.
No fue fácil, se cambió de director de juegos en una oportunidad y las pruebas empezaron desde el día uno con la construcción de escenarios que mostraran la mejor cara de un territorio avocado al béisbol, el boxeo y disciplinas que han tenido una fuerza importante como el fútbol y el tenis.
Cuando se realizan eventos surgen múltiples oportunidades, para Barranquilla fue sin duda, poner de moda al Alcalde Alejandro Char, iluminar el letrero de una de las cinco capitales más importantes para Colombia. Un lugar que se estaba perdiendo, que salía de la mediática Elsa Noguera y entraba a un informal Char. La arenosa se iba perdiendo ante otras zonas como Medellín, que se ha hecho sentir por aquello de la innovación, y Bogotá que ha estado siempre en el foco de los medios centralistas que estiman su valía como capital.
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Que la ciudad costera decidiera albergar una competencia del Ciclo Olímpico implicó de entrada un reconocimiento por el deporte, desde ahí deben partir todos los eventos deportivos sin importar su magnitud. Desde un selectivo hasta un campeonato regional, su base debe ser el reconocimiento de la importancia que tiene el deporte para los ciudadanos, especialmente para los niños, niñas y adolescentes.
La mirada del evento deportivo como mera prueba predispone, entender las oportunidades que se desprenden es una tarea que incita a la reflexión. Un evento no es sí solo un evento, un evento es el inicio de nuevas intenciones, de otras oportunidades para clubes, ligas, federaciones, confederaciones y asociaciones deportivas.
Es por eso que este artículo editorial invita a los actores del deporte a pensarse desde los eventos deportivos que brinden a sus atletas más oportunidades, maneras de comunicarse, desarrollarse con otros y encontrar una gama de nuevas alternativas para dar a mostrar sus disciplinas.