Juego Juveniles: Valeria George, la atleta que salta alto para ser campeona mundial
Fotos/LatinColor
Cuando un atleta se sube a un podio es testigo de cómo todo el trabajo que hizo, representado en esfuerzo, cansancio, sudor, lágrimas y hasta el sacrificio, se transforman en una alegría de paz y tranquilidad por haber cumplido su meta y no dejar en vano el tiempo que dedicó a seguir las indicaciones de su entrenador.
Pero, cuando baja la escala, a él vuelve la realidad de una vida llena de retos, obstáculos y metas que se conjugan entre sí para hacer más dura la lucha por mejorar lo que ha logrado.
Así es la vida de un atleta que busca ser el mejor en su disciplina
Claro, pocas veces conocemos la persona secreta del corazón que tiene cada uno de ellos, aunque hay algunas historias publicadas sobre deportistas que han vencido difíciles obstáculos por el deporte que aman y practican.
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Es el caso de la figura del boxeo risaraldense, Jenny Arias; o del paratriatleta caldense, Juan Esteban Patiño; y hasta del patinador, Juan Diego Yepes, el que sus padres no querían que fuera patinador por temor a que se lastimara y hoy es campeón mundial.
Como ellos, hay otros deportistas que sin importar cuál es su Goliat, cada día logran derribarlo con la fuerza que les concede el pensamiento positivo y el luchar sin lamentos para conseguir las metas propuestas en el futuro. Son aquellos a quienes su pasado o su presente trata de cometerles una falta para impedirles que cumplan sus metas, pero con su entrenamiento demuestran que ningún hecho por doloroso o grande que parezca, puede evitar que saboreen el dulce sabor del triunfo.
Es el caso de la atleta quindiana, Valeria Sofía George, quien a sus 18 años logró para su departamento la medalla de plata en salto alto el pasado 16 de noviembre con un registro de 1.68 metros.
Para esta joven natural de Armenia, que estudia en la Escuela Nacional del Deporte, de Cali, la vida ha tenido otro color diferente al del arcoíris. Sin embargo, a través del proceso deportivo que ha tenido desde que inició el atletismo, ha podido mejorar su marca saltando cada vez más alto.
Ella relata su historia rodeada de diferentes disciplinas de conjunto que le sirvieron para conocerse y ver cuál es su preferencia deportiva:
“Antes intenté practicar deportes de conjunto como voleibol, baloncesto, fútbol y balonmano, pero siempre he sido muy individualista y competitiva. Por eso me quedé en el atletismo, donde la competencia es entre yo y yo misma”, dice la atleta
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Dio el salto a un deporte individual
La atleta relata su llegada al deporte que la ha madurado y convencido de que, con voluntad, se logra a lo impensable o lejano.
“Yo llegué al atletismo a principios del 2017 porque siempre, desde muy pequeña, he tenido mucha ansiedad y energía además… entonces siento mucho la necesidad de tener mi cuerpo en movimiento constantemente. Me acuerdo que en ese mismo año, 2017, fueron mis primeros juegos intercolegiados nacionales”.
Respecto a los retos que ha tenido en la vida, los resume en pocas palabras debido a que quiere seguir mirando adelante y así olvidar cualquier recuerdo que le impida ver lo que puede lograr en su carrera deportiva.
“He enfrentado innumerables obstáculos, cada uno más desafiante que el anterior. Mi historia familiar está marcada por complicaciones difíciles de procesar, cicatrices invisibles que llevo conmigo. La ansiedad ha empeorado con los años. A pesar de eso, hay una fuerza dentro de mí, una chispa que ni la oscuridad ha logrado apagar. Me aferro a mi fe, al Universo y, sobre todo, a mi voluntad indomable. Me he roto tantas veces que he perdido la cuenta, pero cada vez que caigo, me levanto más fuerte. Más decidida, con más hambre de éxito, y con nuevas razones para luchar. Soy prueba de que, aunque me desmorone, siempre renazco con más certeza de quién soy y hacia dónde voy”, dice con seguridad la campeona.
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Para la joven George no hay duda de que puede llegar hasta donde su mente y su capacidad de fuerza se lo permita, por eso, sabe qué tiene y de qué es capaz.
“Mis expectativas como deportista están completamente definidas: ser medallista olímpica o darlo todo en el intento. Estoy convencida del enorme potencial que tienen mi cuerpo y mi mente, y no pienso desperdiciarlo. A corto plazo, quiero profundizar en la prueba de los 100 metros vallas, luchar por un lugar en el podio a nivel nacional y lograr una marca competitiva a nivel internacional. A largo plazo, mi objetivo es que todo lo que haga hoy se refleje en los resultados de los próximos años, porque entreno cada día con la visión de lo que quiero alcanzar en 4, 8 años. Sé que cada paso, cada esfuerzo, está construyendo a la atleta que aspiro ser.”
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Sus proyecciones para el próximo año son claras:
“No quiero bajar del podio en salto alto y también quiero estar en el podio de los 100 metros vallas. Estoy totalmente enfocada en lograrlo. Sé que cada día de esfuerzo y sacrificio me acerca más a esos objetivos y con mucha determinación y trabajo duro, voy a darlo todo para conseguirlos”, termina diciendo la atleta.
Algo es seguro: no hay ni puertas ni abismos, mucho menos muros, que impidan llegar a un deportista que se ha propuesto alcanzar la meta de sus sueños, y esta atleta quindiana lo ha demostrado con sus logros.
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