Del barrio a la gloria, el Fútbol sala refugio y motor de vida de Cristian Torres

Foto/Jonh Jairo Bonilla para Semilleros Deportivos

El Fútbol sala se caracteriza por su velocidad, fuerza y dureza, elementos que convierten cada minuto en una explosión de gritos y emociones. Las jugadas acrobáticas de los deportistas y las atajadas felinas de los arqueros llenan de furor cada partido, haciendo de este deporte un verdadero espectáculo.

A diferencia del fútbol profesional, los patrocinios en el Fútbol sala no son tan generosos, e incluso la entrada a los partidos suelen ser gratuitas. Aun así, siempre hay quienes le apuestan a este deporte, tal vez al ver el talento y la pasión de los jóvenes, que convierten el balón de micro en una verdadera obra de arte sobre la cancha, o en los prados.

En 2018, los directivos de la Universidad de Manizales decidieron conformar un equipo que los representara en el Campeonato Nacional de Fútbol de Salón que organiza la Federación Colombiana de Fútbol y para ello contrató al entrenador Ronald David Arenas y varios estudiantes del alma máter, logrando un destacado desempeño, incluso el subcampeonato de 2019.

Foto/Jonh Jairo Bonilla para Semilleros Deportivos

La historia de Cristian Torres

Lo más valioso de este proceso han sido los talentos que han surgido, jóvenes que quizá no se habrían dado a conocer de otra manera. Alejandro Serna, Sergio Alcibar y Carlos Andrés Palacio han llegado a integrar la Selección Colombia de Fútbol de Salón, demostrando que la pasión y el esfuerzo pueden abrir puertas inimaginables; porque detrás de cada jugador hay una historia de vida tejida con luchas, sacrificios y sueños. Historias que, aunque nacen en medio de la adversidad, nos enseñan que la bondad y la superación pueden abrir caminos de esperanza. Así empezó la vida de niño de Cristian Alberto Torres Cardona, un manizaleño que decidió no dejarse vencer por las sombras de su entorno.

Creció en un barrio donde la pobreza y la descomposición social eran el pan de cada día.

Allí, convivir con las drogas no era una elección, sino una realidad que marcaba el destino de muchos niños. Sin embargo, en el corazón de Cristian germinó una semilla distinta: la esperanza de que su vida podía ser diferente.

El Fútbol de salón se convirtió en su refugio, en su escape y en su mayor maestro. Desde pequeño, asistía a los campeonatos de la Feria de Manizales, donde aprendió que en la cancha, como en la vida, hay que levantarse tras cada caída, soportar los golpes y seguir adelante, aunque duela. Allí, entre raspones y magulladuras, forjó su carácter y su determinación de no rendirse jamás.

Foto/Jonh Jairo Bonilla

A pesar de entrenar muchas veces sin zapatillas, con hambre y sin dinero para los pasajes, Cristian nunca perdió la fe en sí mismo. Sabía que tenía un don con el balón, una pasión que lo impulsaba a soñar más allá de las fronteras de su barrio. Su talento no pasó desapercibido para el entrenador James López, quien lo recibió en el Club La Pelusa cuando apenas tenía siete años. Desde entonces, Cristian no dejó de crecer, ni de soñar.

A los once años, ya era parte de la Selección Caldas de Microfútbol, y en 2018 la Universidad de Manizales le abrió las puertas con una beca para estudiar Administración de Empresas, carrera que terminó con orgullo y que complementó con una Licenciatura en Educación Física de la Universidad de Caldas.

Hoy, a sus 32 años, Cristian es un ejemplo de superación y amor. Padre de Martín, de 10 años, y María Paz, de 3, les dedica cada uno de sus goles, porque ellos le han dado la alegría y la serenidad que siempre buscó.

Su historia es un testimonio de que, incluso en los escenarios más difíciles, siempre hay una luz capaz de guiarnos hacia un futuro mejor.

El fútbol de salón me sirvió como un puente de salida a todo esto, y siempre estaré agradecido con la Liga de Fútbol de Salón, con Jaime Castellanos que me respaldó y me ayudó. Incluso cuando iba a entrenar y no tenía para los pasajes, él me daba el dinero, hasta tenis me dio para que pudiera jugar. Y por supuesto con la Universidad de Manizales que me abrió las puertas en el 2018 para estudiar y ser un profesional.

Foto/Universidad de Manizales

Esta es la nómina del equipo Universidad de Manizales

Sebastián Ceballos Álzate – (Wiary Lecha – Polonia); Kevin Franco Castrillón – (Alpha FC – Pereira); Esteban Sánchez Toro; Deiby Alejandro Muriel Hernández; Brawian Stiven Castellanos Salazar; Jhosep Román Ávila Granados – (Contratación procedente de Saeta – Bogotá); Jerónimo Ospina Muñoz; Cristian Alberto Torres Cardona – (Gwiazda Ruda Slaska – Polonia); Jorge Alberto Arcila Hernández – (Real Caldas); Yulian Stefan Gómez García; Carlos Andrés Palacio Urrea; Juan Manuel Patiño Cardona; Deivy Rentería Ruiz; Carlos Alfredo Serrano Torres; Juan Manuel Vargas Salgado; Diego Alejandro Gómez Becerra; Gabriel Fernando Arredondo Zapata; Juan David Zuluaga Jiménez – Portero; Esteban Giraldo Ánzola – Portero; uan Diego Osorio Hidalgo – Portero

Bibiana Martínez Torres – Asistente Técnica

Andrés Felipe Gómez Márquez – Fisioterapeuta

Hernán Augusto Salazar Mahecha – Preparador Físico

Ronald David Arenas Rodríguez – Entrenador

Herman Andrés Casas López – Delegado

«Unidos somos más. Más deporte, más región»

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