Once Caldas cierra su actuación en el fútbol femenino de Colombia

Foto/Jonh Jairo Bonilla para Semilleros Deportivos
Fueron pocos pero atronadores los gritos de ánimo y empuje que las familias regalaron a las jugadoras del Once Caldas Femenino durante su último partido en el estadio Palogrande.
Aunque la mayoría de las voces en las tribunas parecían apoyar al América, las blancas resonaron con la fuerza de quienes creen y sueñan junto a este equipo que, en su temporada de debut, ha coleccionado enseñanzas y experiencia para afrontar con más temple la siguiente etapa.
Lo verdaderamente importante es que las jugadoras blancas salieron al terreno con el corazón en la mano, dispuestas a enfrentar a uno de los rivales más fuertes de la liga. América llegaba confiado, seguro de sumar tres puntos, convencido de que encontraría a un Once Caldas sin propuestas ni dinamismo. Pero el equipo albo tenía otros planes: salir a buscar, a abrirse camino, a demostrar que cada partido es una nueva oportunidad para crecer, para anotar, para superar el síndrome del novato y escribir su propia historia.

Foto/Jonh Jairo Bonilla
Entonces vino el gol de la venezolana, Francelis Graterol quien al minuto 17 puso a celebrar a las rojas y se sentía un ambiente de goleada porque siguieron atacando con fuerza a las locales quienes no reaccionaban ante al apabullante torpedo de balonazos al área de la portera Agamez.
Y como esas cosas de la vida, cuando un caído se levanta como un resorte, 16 minutos después del gol americano, la lateral izquierda, Katerin Arroyave recibió un balón en la mitad del área y después de avanzar 10 metros, lo lanzó al arco con una precisión milimétrica que rozó el travesaño y anotó uno de los mejores goles de este semestre en la liga femenina y talvez en la masculina.
Gracias a este gol, el equipo abrió los ojos y la mente, y vio que tenía el ambiente, el terreno y la entereza a su favor; y las cosas cambiaron, igual que las cuentas del América, porque los ataques y el peligro de gol se fueron para su arco, que afortunadamente y para irse a los vestidores, el pito les sonó a tiempo.
Empezó el segundo tiempo y las cosas siguieron igual, las locales blanqueando el rojo y desconcertando las cuentas, tanto así que al minuto 69 y 36 segundos anotaron el otro a través de Natalia Pastrana quien puso a restar y dividir a los visitantes en vez de sumar.
Pero el fútbol es impredecible. A veces, hasta los postes parecen tomar partido. En esta ocasión, el vertical derecho de Saray Rodríguez le devolvió un cabezazo a Joemar Guarecuco, quien selló el empate al minuto 85 y devolvió la esperanza a las visitantes.

Foto/Jonh Jairo Bonilla
Así, las dirigidas por Julio César Ocampo se despiden del Palogrande en esta temporada, con la satisfacción de haberlo dado todo: 2 victorias, 6 empates y 7 derrotas, ocupando el puesto 12. Aún queda un último reto: el partido contra Millonarios, el sábado 21 de junio a las 5:00 p.m. en el estadio de Techo.
Más allá de los números, queda la certeza de que este equipo ha crecido, ha luchado y ha dejado el alma en la cancha. El futuro es prometedor, y la pasión de estas jugadoras es la mejor garantía de que lo mejor está por venir.
”Unidos somos más. Más deporte, más región”