¿Deberían los deportistas representar siempre a su departamento natal?

¿Deberían los deportistas representar siempre a su departamento natal?

Valentina Jiménez / Periodista Regional

Con la confirmación de los nombres de seis deportistas caldenses que volverán a competir con los colores de su departamento, al igual que algunos atletas del Eje Cafetero que parten a otros territorios; se abre de nuevo la discusión sobre la importancia o pertinencia de que los atletas representen a su ciudad, departamento o incluso país natal.

Porque que los deportistas migren de un departamento a otro en busca del mejor ‘postor’ como algunos llaman, no es una cuestión interna que se viva solo en Colombia. En otros países del mundo también se da, hasta el cambio de la nacionalidad de atletas para competir internacionalmente por el territorio en cuestión.

Si es una práctica mundial, ¿cuál es el problema?

No se trata de ser un problema o no, la situación tiene sus dos caras como es de esperarse.

Por un lado, los deportistas que abandonan sus lugares de nacimiento, en su mayoría, lo hacen en busca de mejores oportunidades. Económicas, deportivas, sociales y hasta educativas. Son muchos los casos de atletas que en otros departamentos, hablando precisamente de Colombia, encuentran el apoyo del que carecen en el suyo y gracias a este, potencian su carrera. Solo por nombrar uno, es el caso de Jhon Alexander Solís, atleta de La Virginia, Risaralda; que hoy compite por el Valle del Cauca y quien en este territorio escaló hasta llegar a la Selección Colombia y ser medallista Mundial en relevos.

Sin embargo, al otro lado, están los deportistas que se quedan, que no esperan que lleguen las oportunidades, las buscan. Y aunque sea más difícil en algunos casos, encuentran en su departamento el apoyo para cumplir sus objetivos. Muchas veces, porque el amor a su tierra no les permite partir y pese a las dificultades, logran salir adelante. Por nombrar otros casos, Sara López múltiple Campeona Mundial de Tiro con Arco Compuesto y Juliana Andrade, Campeona Suramericana de Bádminton; ambas risaraldenses que representan al departamento verdiblanco.

¿Se roban el talento?

Puede sonar fuerte; pero es la forma de expresar y sentir de algunos dirigentes y entrenadores de ligas que han sido testigos, según ellos, de la forma de seducir de ligas deportivas de departamentos ‘grandes’, a quienes consideran que en muchos casos, actúan con una competencia desleal.

¿Dónde queda el trabajo que se hizo con el deportista desde los semilleros?, claro está que un deportista élite tuvo que haber tenido una formación inicial y un acompañamiento al menos deportivamente hablando. Formación que se hizo desde su territorio natal, de la cual, en muchas ocasiones ve sus frutos, representando a otro departamento.

¿Y si el proceso no fue apoyado?, ahí es cuando entra la otra cara de la moneda. Donde los deportistas se han potenciado en su disciplina con el apoyo de su familia sin recibir en su mayoría, apoyo de un ente institucional. ¿Debería dar entonces sus resultados a un departamento que no lo respaldó en su proceso? Unos dirán sí, porque estos no son para la institucionalidad si no para la gente; otros dirán no, porque se la sudó solo y podrá elegir a quién dedicarlo.

Como es de esperarse, ambas posiciones tienen sus defensores y retractores. En mi caso, considero que cada situación y deportista son diferentes. Que aunque me gustaría ver un día unos Juegos Olímpicos, Juegos Mundiales, Mundiales de Fútbol o Juegos Nacionales, solo con deportistas que representen a su territorio natal, porque ahí sí veríamos el verdadero talento y potencial de cada uno; no podemos desconocer que las oportunidades para cada atleta son diversas y que a veces, aunque sea difícil, debemos tratar de ponernos en sus zapatos para entender el por qué de ciertas decisiones.

Sin embargo, para terminar; pienso que es responsabilidad de la institucionalidad, velar por retener (positivamente) a los talentos propios. Proporcionándoles todas las garantías del caso, no solo económicas, sino también de apoyo con escenarios, entrenadores, personal médico, entre otros. Y es responsabilidad de los mismos deportistas, de no quedarse de manos cruzadas esperando que llegue un apoyo, también es gestionar, y sobre todo, no olvidar de dónde viene y que no hay nada más lindo que escuchar el himno de su tierra mientras ve alzar su bandera.

«Unidos somos más. Más deporte, más región»

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