Casitas Fútbol Club buscará una beta en el Campeonato de la Primera C

Foto/Club Casitas FC

Tigres, panteras, cuervos, cachorros, filósofos, santos, locos, estrellas, platos, marcas de jabón, una platanera y hasta casitas, son algunos de los 170 equipos que participan en el Campeonato Nacional de Fútbol de la primera C, que este año podría dejar más que un premio y un incentivo económico.

Según se ha conocido, se pretende que los dos equipos campeones de la C en 2025 participen como invitados en la primera B en 2026. Así se habría planteado en la última Asamblea de la Federación Colombiana de Fútbol el pasado 11 de marzo.

Esta noticia ha entusiasmado a nuevos clubes del país, que este año aumentaron su participación y ya se encuentran en uno de los grupos que casi llena el abecedario.

Entre los debutantes en esta categoría, hay dos clubes del Eje Cafetero: Casitas FC Marmato y Sócrates Valencia. Estos equidistantes clubes, como todos, luchan por ganarse ese anhelado cupo para ascender a la B.

Semilleros Deportivos realiza dos informes para conocer más sobre los clubes que se lanzan a jugar este campeonato con la meta de llegar a la final. El primero de ellos es sobre el Club Casitas de Marmato:

Los mineros que hallaron la beta para ascender a la B

Este club fue conformado en 2013 por algunos vecinos de Marmato en el departamento de Caldas, entre ellos el actual presidente y entrenador Andrés Felipe León, quienes trabajan en la minería y quisieron participar con los jóvenes del pueblo en el torneo local. Como viven en el caserío de la parte baja, lo llamaron Club Casitas FC.

Pero lo que empezó como un juego local trascendió a nivel departamental y nacional, gracias a las condiciones físicas, técnicas y futbolísticas que mostraron estos jóvenes, quienes combinaban sus estudios con la búsqueda del precioso metal en el empinado pueblo, donde cada día es duro, agotador y exigente debido a los extenuantes horarios de trabajo.

Sin embargo, había algo que caracterizaba a estos jugadores: no se rendían, no se quejaban del cansancio y tenían unos pies de oro, con los que ganaron varios campeonatos locales y departamentales. Esto generó una «bandada» de jugadores que, como «betas» valiosas, fueron extraídos y convocados por otros clubes de Colombia y del mundo, como Nelson Deossa, jugador de la Selección Colombia; otro que juega en un equipo de Polonia; uno en Real Cartagena; y otros jugadores que se abren paso en el país.

De las minas a la cancha

Julián David Moreno nació en 2004. Siendo niño, sus padres se mudaron a Marmato, donde cursó la primaria y secundaria. El deporte más popular era el fútbol, y gracias a esto descubrió sus dotes como lateral central, una posición que ejercía con temple y que llamó la atención del profesor Jorge Demarchi, quien lo llevó a entrenar a la escuela de fútbol Las Estrellitas junto con sus primos y vecinos del pueblo.

Con su hermano jugó en varios torneos, ganando algunos y perdiendo otros, pero siempre extrayendo experiencia y técnica del balompié. Llegó al club Casitas a los 8 años, donde comenzó una trayectoria que lo llevó a ser convocado al Once Caldas y al club de Alexis García, donde probó suerte, pero las cosas no se dieron y regresó a su pueblo para seguir con la minería.

Pero el llamado a conformar el club Casitas de mayores fue como el campanazo del almuerzo, lo llenó de alegría ya que podría tener otra oportunidad para demostrar su talento y capacidad.

El capitán del equipo y lateral izquierdo es Julio César Castro, quien a sus 25 años siente que esta es la segunda oportunidad para retomar el camino que un día dejó desmotivado y que lo llevó de nuevo a las minas. Sin embargo, el llamado del entrenador Andrés Felipe León lo llena de esperanza y anhelos, esos que perdió luego de su paso por el Pasto, el Once Caldas y la escuela de Alexis García. Ahora sabe que tiene fútbol, ganas, coraje y más deseos que nunca de correr, batallar y demostrar que es un ganador.

Siente que es la revancha de la vida y la oportunidad de salir adelante como su compañero de escuela Nelson Deossa, a quien admira y le está agradecido por las oportunidades que le ha buscado. Su experiencia y liderazgo serán un gran aporte para este equipo de amigos que conoce desde siempre, porque crecieron, estudiaron y trabajan juntos.

«Me llamo Juan Pablo Pulgarín Cruz, soy de Marmato, Caldas, y llegué al Club Casitas cuando tenía apenas 8 años. Desde muy niño he sentido una profunda pasión por el fútbol, y desde que conocí este club, supe que era el lugar ideal para crecer. Vi en Casitas un proyecto con mucho futuro y quise ser parte de él desde el primer momento. Para mí, el Club Casitas representa mucho más que un simple equipo de fútbol. Es un espacio que ha marcado mi vida desde muy temprana edad, un lugar donde no solo se entrena el talento, sino donde también se forma a la persona.

En Casitas he aprendido valores fundamentales como la disciplina, el compromiso y el trabajo en equipo. Cada entrenamiento, cada partido y cada momento compartido con mis entrenadores y compañeros me ha motivado a dar siempre lo mejor de mí, tanto dentro como fuera de la cancha. Este club me ha dado la oportunidad de formarme como jugador, pero, sobre todo, como persona. Me siento muy orgulloso de portar estos colores y profundamente agradecido por cada experiencia vivida en esta gran familia. Para mí, el Club Casitas es una base esencial en mi camino dentro del fútbol y siempre ocupará un lugar muy especial en mi corazón».

Para este club, las expectativas están puestas en el torneo de la C, donde esperan jugar un papel protagónico que los lleve a la B y luego a la A. Para lograrlo, deben excavar el «socavón» del grupo E con esfuerzo, dedicación y constancia, para hallar la «mina» en cada partido y obtener el «metal precioso» del gol que les permita ganar los puntos de oro para «pesar los quilates» del ascenso a la B.

«Unidos somos más. Más deporte, más región»

Author: Jonh Jairo Bonilla