Calle de Honor para el Fútbol Femenino
...el juego limpio debería ser un factor determinante, ...sobre todo para cultivar actitudes de respeto y reconocimiento...
Esa conocida frase del periodista colombiano Ricardo Henao “Juego limpio, por favor señores” tendrá que actualizarse en términos de la inclusión y el reconocimiento del género femenino.
Lo importante es que por lo menos, para el caso del fútbol femenino local en el Eje Cafetero y especialmente en Risaralda, las jugadoras que se dedican al domino de la redonda, dan muestras de lo que es el juego limpio, y lo hacen con la conciencia de ser actoras (mas no actrices) llamadas a dar ejemplo.
Eso fue lo que se observó ayer en la final de la primera Copa de Fútbol Femenino Mario Marín, disputada en Pereira en lo corrido del año.
La mejor calificación por el juego limpio se le otorgó al equipo Élite FC. Sin embargo, lo visto en la final que protagonizaron los equipos de Atlético Dosquebradas Vs La Salle, es un gesto que debería incluirse en todos los protocolos del fútbol nacional e internacional, incluyendo por supuesto el masculino.
Al final de la contienda, las campeonas reconocieron a sus rivales ofreciéndoles una calle de honor después de recibir las medallas que las acredita como sub-campeonas del evento. En seguida, el gesto fue devuelto hacia las campeonas. Nadie lo indicó, solo ellas comprendieron que era necesario reconocerse mutuamente como rivales que se respetan y a la vez admiran por sus triunfos y también derrotas.
Ambas escuadras, a las que se suman seis equipos femeninos de la región, están dando ejemplo sobre lo que es jugar al fútbol, reflejo de una serie de actitudes y comportamientos que, por lo menos durante el juego final, dejan ver que existe el juego centrado en el fútbol, en la pelota, en el cumplimiento de las normas y especialmente en el respeto por las otras jugadoras, es decir: demuestran que las mujeres van a la cancha a jugar fútbol y no a otra cosa.
Mucho de lo que debe regresar al fútbol masculino y profesional, se encuentra en los inicios del fútbol femenino y también del fútbol infantil. Por ello el juego limpio debería ser un factor determinante, y no precisamente para definir un título, si no y sobre todo para cultivar actitudes de respeto y reconocimiento dentro y fuera del terreno de juego. Algo que no aplica únicamente para el fútbol como disciplina deportiva, si no para todas las alternativas que en materia deportiva se ofertan en el entorno.