Álvaro Teherán, el hombre que marcó una era en el Baloncesto colombiano

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Catalogado como una leyenda en el país, entre sus mayores logros está el haber sido el jugador que más cerca estuvo para ser parte de la NBA, siendo parte de un elenco tradicional como el Philadelphia 76ers y que hoy, el país despide con gran nostalgia.

Nacido en María La Baja, Bolívar, Álvaro Teherán puso en el radar del Baloncesto mundial a Colombia, siendo uno de los mejores jugadores de la década de los 90’s, donde logró disputar cinco juegos de pretemporada con una de las franquicias más importantes y tradicionales de la poderosa NBA, como los Philadelphia 76ers, incluido un duelo ante los Chicago Bulls (reyes por ese entonces).

Cuentan los que conocen de historia, que en ese juego, Álvaro se enfrentó ante grandes como Scottie Pippen que brillaba al lado de Michael Jordan y Dennis Rodman (quienes no estuvieron en esa pretemporada).

A pesar de ello, Teherán no logró ser parte de la NBA pero dejó un legado importante que le abrió el camino a otros talentos como Braian Angola, quien también tuvo pretemporada recientemente con el Orlando Magic.

Hablan quienes lo conocieron

Farleybi Copete, creadora y directora de Hablemos de Basket Co, la empresa que recientemente organizó el histórico juego de estrellas para recaudar fondos por la salud del bolivarense, habló con Semilleros Deportivos y lo describió como un hombre muy generoso, que le importaba ayudar más a los demás y compartir su tiempo con quienes lo querían.

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Muestra de ello, es una anécdota que le contó Yader Fernández Cantillo a la propia Farleybi, donde le decía que “luego de cada partido, al primer vendedor ambulante que veía de camino del Coliseo al hotel o a su casa, Álvaro le solía comprar todo lo que tenía en ese momento a la venta, cosa que generaba curiosidad en Yader, quien le consultaba el porqué de esa acción y cuál era el fin con eso que compraba, por lo que Teherán le decía que la mercancía no era lo importante, sino que le encantaba ayudar a quienes más lo necesitaban”, puntualizó Copete.

Otra anécdota que cuentan es que siempre que llegaba desde el exterior a Cartagena o a María La Baja, él llegaba en su camioneta con muchísimos mercados, regalos y cosas que podían sacarle una sonrisa a los que más lo necesitaban, lo que evidenciaban que tenía un gran corazón y un gran don de gente para el servicio.

Así mismo, también le contaron a este medio la forma como el mejor jugador colombiano conoció a su gran amor, su esposa Claribel, a quien el amor los flechó a primera vista en una fiesta en la que la protagonista, acompañaba a su hermana, y allí se conocieron y a ella no le importaron los dos metros y 15 centímetros que tenía Álvaro.

Aunque su vida fue marcada por sus grandes acciones con los necesitados, Farleybi cuenta que el propio Teherán en algún momento le confesó que “si pudiera cambiar algo de mi vida, sería el no haber ‘derrochado’ en el buen sentido de la palabra con mis actos de bondad con los demás, sino haber pensado en mí y en los míos invirtiendo en mi propio futuro y el de los míos”, indicó.

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Algunos de sus más allegados amigos lo describían como un muy buen compañero de juego, que les encantaba la alegría que derrochaba, pero que dentro de la cancha era ‘terrible’, es decir, que generaba miedo y por el que muchos de ellos decían que preferían tenerlo como amigo que como enemigo, porque en la cancha se olvidaba de esas amistades por entregar lo mejor de sí, y que lo convirtieron en una de las grandes leyendas del Baloncesto colombiano.

Nasser Amaya, hoy uno de los entrenadores más destacados de Risaralda y el Eje Cafetero, también habló con Semilleros Deportivos sobre una anécdota particular que tuvo con Álvaro siendo jugador.

“En el año 1999 cuando Risaralda quedó campeón de Mayores, jugamos un cuadrangular previo en Cartago, donde Álvaro hacía parte del equipo de Antioquia. Yo por mi juego y por ser el más pequeño del equipo, tenía que marcar al armador del equipo contrario y en una jugada recuerdo que quedé debajo del aro marcándolo y para evitar que anotara con su gran altura, lo único que se me ocurrió fue abrazarlo completamente amarrándole los brazos para que no pudiera hacer el lanzamiento y así evitar que anotara, obviamente el juez cobró falta, pero Álvaro se volteó y con su mano me tocó la cabeza riéndose, fue muy bonito eso”, precisó.

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Su carrera también contó con un paso por suelo caldense, donde vistió la camiseta de Sabios en el 2004 y ya retirado, pasó en el 2016 siendo parte del equipo de la Alcaldía de Manizales en el Torneo de Maxibaloncesto que se disputó en Caldas.

Finalmente, hay que decir que desde hace un tiempo, el ‘gigante de María La Baja’ venía con graves complicaciones renales que lo llevaron a internarse y partir de este mundo el pasado 4 de mayo, convirtiéndose en la máxima leyenda de la pelota naranja y que paseo su talento también por España y Eslovenia.

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