Ante las desigualdades de género en el deporte ¿qué postura asumir?
La desigualdad entre hombres y mujeres en el deporte no es un tema nuevo. Muchos y muchas han hablado de esto y se ha podido sostener una conversación transversal, además de lograr que las mujeres entren en las primeras planas de los medios de comunicación deportivos.
Es muy cierto que estas desigualdades son mucho más grandes en unos deportes que otros, por ejemplo en la gimnasia, el porrismo y sus diferentes disciplinas, y todos esos deportes populares a los que el hombre les ha asignado un determinado género.
Esto se ha convertido en un círculo vicioso.
Que no tienen afición, que es poco atractivo, que no entretiene, que no es rentable, además del popular micro machismo “las mujeres no sirven para los deportes”.
El fútbol, sin duda alguna es uno los deportes que más desigualdad salarial presenta. Según una encuesta realizada por Global Sports Salaries en el 2019, en todo el mundo hay 137.021 jugadores profesionales de fútbol y 1.287 mujeres que juegan a nivel profesional. Situación que obviamente contribuye a la diferencia de sueldos.
No yendo muy lejos, tenemos a Miguel Borja, que según el diario El Heraldo es el jugador más caro de Colombia y gana 125 mil dólares mensuales; es decir, 400 millones de pesos al mes por representar al equipo de barranquilla.
Mientras que Angie Salazar, jugadora del América de Cali, por ejemplo… gana un salario mínimo.
Obviamente, me tocó preguntarle directamente a ella, puesto que en internet en una búsqueda rápida no hay ni una página que hable sobre el salario de las mujeres en el Fútbol Profesional Colombiano.
Sí, ya sé que el ejemplo tiene una diferencia abismal, no solo en edad si no en trayectoria, pero aún siendo iguales, una jugadora en Colombia no lograría, todavía, ganar esa suma de dinero.
Por otra parte, en el Colsanitas Open 2020, un torneo realizado por la Federación Colombiana de Tenis con 4 paradas a lo largo del país, es uno de los ejemplos más recientes que pude notar de desigualdad salarial.
Mientras que el ganador del cuadro principal masculino, se lleva 10 millones de pesos, la ganadora del cuadro principal femenino se llevaba $ 6.400.000.
¿Por qué?
Si les soy sincera, me pareció mucho más interesantes los juegos de las mujeres. Más ganas, más amor, más entrega en cada game, más pasión. De verdad que no tiene explicación que no ganen lo mismo, o bueno, si la tiene solo que me niego a aceptarla.
He visto cómo muchas personas del común y varios colegas, basan su argumento en “el deporte femenino es poco atractivo”. ¿En serio? ¿Acaso no les llenó de orgullo ver el golazo que marcó Yoreli Rincón en el mundial sub 20 en el 2010 en Alemania?, ¿no les da alegría saber que la ciclista Paula Patiño, es en la actualidad la mayor referente de ciclismo de Colombia a nivel mundial? ¿no se les eriza la piel ver saltar a Catherine Ibarguen, ver correr a Mariana Pajón o ver jugar a Clara Juliana Guerrero y a Sara López Bueno?
Espero no ser la única que le emociona pensar lo que han logrado las deportistas colombianas.
En conclusión, para mí, el problema radica visiblemente en medir el éxito de un deporte por su publicidad. Se cansan y entrenan por igual, juegan el mismo tiempo y en condiciones climáticas iguales ¿por qué pagarles menos? ¿por qué invisibilizar su desempeño? ¿por qué hacernos los locos ante estos temas y desviar la mirada?
Menos mal sigo siendo parte de esas mujeres que sí les incomodan estas situaciones, que hablan sin temor y se expresan sin miedo… como decía Virginie Despentes, “yo pertenezco a ese sexo que ni siquiera tiene derecho a tomárselo mal”, ¡suerte chicas!