El legado que deja la Copa Pacífico de Clavados en Pereira
La disciplina de Clavados debe quedar institucionalizada para los más jóvenes, es decir, deberá ocupar un espacio como una de las más llamativa al interior de la Liga Risaraldense de Natación.
La Copa Pacífico de Clavados 2019, que trajo hasta la Perla del Otún cerca de 80 deportistas de Colombia, Chile, Ecuador, Venezuela y Perú, en categorías menores, simboliza para la ciudad la vocación que se empieza a gestar desde su organismo deportivo.
Es que con los máximos referentes regionales en Clavados como Viviana Uribe y Luis Felipe Uribe, además del nuevo gimnasio para estos deportistas, la disciplina empieza a tomar un vuelo diferente.
Hasta la Federación Colombiana de Natación, FECNA, confió en Pereira para darle el crédito de la competencia, como un gesto para que la ciudad permita que más niños y niñas encuentran en los Clavados una posibilidad en el maravilloso mundo del agua.
Durante la Copa Pacífico fue común ver a los entrenadores enseñando a los más jóvenes cómo perfeccionar la técnica, orientando la formación, para que desde categorías menores puedan tener ese fogueo necesario antes de pisar grandes plataformas internacionales.
También los jueces, que durante las pruebas han permitido saber a los deportistas y sus delegaciones hacía dónde se debe ir, esto con el objetivo de ir mejorando una disciplina que no es esquiva al talento suramericano.
Con el evento deportivo el trabajo hasta ahora apenas empieza, y es poder consolidar un semillero local que le permita a la Selección Colombia poder nutrirse de deportistas de esta región del país. La idea que Risaralda se convierta en una potencia se empieza a escalar en la medida que se va subiendo a cada trampolín.
Justamente, Semilleros Deportivos consultó con César Zaldívar, entrenador departamental de Clavados, quien aludió a lo que se necesita para que los niños empiecen a formarse en esta práctica.
«Hay que tener una buena captación, niños que físicamente reúnan las condiciones adecuadas para el clavado, como la saltabilidad, la flexibilidad y una persona que no tenga miedo y sea inteligente; eso se llama atleta talento. Ya después viene un proceso de entrenamiento a cada categoría, y se trata de realizarlo lo más exacto posible para que el niño vaya avanzando, para ir de menos a más, de los saltos más sencillos hasta lo más complejo», indicó Zaldívar.
La edad idónea para que los niños empiecen a formarse en esta disciplina es desde los seis años en adelante, aunque desde los cinco, se puede empezar a despertar el interés entre quienes ya han conocido las virtudes de la Natación y quieren dar un siguiente paso.
Así pues, la Liga Risaraldense de Natación, recibe un legado de un campeonato que por primera vez en la historia llega a la ciudad, para dejar un mensaje claro.
Fotos / Carlos Marín