Pékerman, la época dorada de la Selección Colombia que brilló como nunca
Pékerman, la época dorada de la Selección Colombia que brilló como nunca
El estratega argentino puso a Colombia en lo más alto del fútbol, haciendo vibrar los corazones de los 50 millones de colombianos, no solo en uno, sino en dos mundiales.
Por allá en el tan lejano 5 de enero de 2012, la Federación Colombiana de Fútbol daba a conocer al país la noticia acerca de la llegada al banquillo de la Selección del entrenador argentino José Néstor Pékerman, pero hoy con orgullo se puede decir que gracias a él y su cuerpo técnico, Colombia ha vivido la mejor época en mundiales, logrando dos participaciones consecutivas y llegando a instancias que por 16 años estuvieron lejos de ser vividas.
Con su llegada, fueron muchos los opositores y muy pocos los que creían, que con él, las cosas iban a mejorar; ahora los números hablan por ‘don José’, en seis años y medio que lleva al frente, ha logrado dos clasificaciones directas a mundiales (Brasil 2014 y Rusia 2018), alcanzando en ambas, pasar la Fase de Grupos y como primero de sus respectivos grupos, algo que era poco probable hace un tiempo, pero su trabajo en silencio lo llevó a consolidar un gran proceso, a formar una familia, a hacer creer a los jugadores que podían conseguir cosas grandes.
Un técnico que no sólo era eso, se transformó en guía, en padre, en maestro, para aquellos que durante esta época han pasado por las filas de la Selección, el argentino puso nuevamente a Colombia en lo más alto, en la élite del fútbol, a que todo el mundo hablara de la Selección y sobre todo, acercó mucho más al hincha, al aficionado y alejó todo ese mal manejo que se le había dado con el periodismo, que se creía dueño y señor de las decisiones.
Tomó determinaciones claves, como poner a James y Falcao siendo los pilares y capitanes de una Selección en busca de un cambio generacional, consolidando un verdadero equipo dentro y fuera de las canchas, restringiendo en gran parte las intervenciones de esa parte del ‘periodismo’ que se adueñaba y destruía los procesos. Pékerman hizo que Colombia volviera a creer en su fútbol, que las familias se volvieran a reunir para vibrar y corear por los jugadores, hizo llorar al país con las dos clasificaciones a mundiales, luego de los interminables 16 años sin poder conseguirlo.
Como si fuera poco, el argentino adoptado como colombiano, consiguió la mejor participación de Colombia en mundiales, llegando en Brasil 2014 hasta los Cuartos de Final, eliminados por un Brasil que luego sería humillado en su propio patio por Alemania (a la postre campeón), y consiguiendo cuatro victorias en cinco juegos, frente a Grecia, Costa de Marfil y Japón en Fase de Grupos y contra Uruguay en Octavos de Final, con aquel recordado golazo de James Rodríguez en pleno Maracaná y siendo superados por Brasil en un ajustado 2 – 1, que dejó más dudas que certezas en los verde amárelos.
En Rusia no desentonó tampoco, aunque su inicio fue con derrota, el equipo y su gran manejo de vestuario, hizo que sus jugadores se levantaran de lo más profundo para conseguir dos victorias y llegar nuevamente a Octavos de Final, donde enfrentó a un duro equipo inglés, peleándole de ‘tú a tú’, donde la suerte de los penaltis determinaría su pronta eliminación, pero que de igual forma, dejaba la sensación de haber logrado mucho más.
Ahora el entrenador gaucho según se dice, dejaría las riendas de una Colombia que lo adoptó y que hoy le agradece su mejor época futbolística, que anhela que siga ese proceso por mucho tiempo más, que incremente ese valor de amor, por una patria que aunque no es la suya, la sintió como propia con sus lágrimas en los penaltis y que hoy todo el pueblo colombiano tiene para decirle… en las mismas palabras de David Ospina, Gracias Viejo Querido.