Asistir al Estadio, ¿será un buen plan familiar?
Asistir al Estadio, ¿será un buen plan familiar?
El Estadio… ese espacio que nos convoca para el encuentro con una excusa que consideramos válida al rededor del fútbol, parece ser un lugar propio para compartir con los amigos, donde además se asiste y se vive con la familia.
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No importa la ubicación, bien sea oriental, occidental, sur o norte; tampoco importa la hora, de día o de noche; y a veces ni siquiera el clima; allí en medio de las tribunas, se tranzan negocios, se estrechan las manos y hasta se conquistan las miradas. Pero aún así, ir al Estadio ¿será un buen plan familiar?
Mientras las escuadras locales muestren un buen espectáculo y los goles emocionen a los asistentes, el Estadio es un buen plan familiar. Pero cuando el panorama es oscuro, no llegan las anotaciones y el espectáculo deportivo no cumple con las expectativas de los asistentes, afloran los comentarios soeces, los gritos de ofensa y un lenguaje burdo que pone en evidencia que asistir al Estadio no es un buen plan familiar.
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Cuando los resultados no favorecen a las hinchadas, las familias integradas por padres, madres, hijos, sobrinos, primos y hasta vecinos, se hayan entre los malos modales y el mal ejemplo. Insultos, vociferaciones, palabrotas, señalamientos, estigmas, racismo, machismo y hasta bandalismo dirigido a los jugadores o a los mismos dirigentes deportivos. Algo que en nada contribuye con las buenas relaciones al interior de las familias.
Está bien… vamos al Estadio a divertirnos, a gozar del espectáculo del fútbol, a gritar uno, dos y hasta tres goles o más… también podemos pujar los pelotazos en el travesaño o en la raíz del palo; es válido exigirle a los jugadores que entreguen un poco más, que superen deportivamente al rival, y que suba la emoción y la alegría con sus actuaciones. Pero por favor, cuando esto no suceda, recordemos que en el Estadio también hay niños y niñas, acompañados de sus padres y madres, jóvenes muchos de ellos en formación que aspiran y sueñan jugar fútbol profesional y que del ejemplo de los adultos, también construyen sus formas de ser.
Procuremos que la experiencia de asistir al Estadio sea positiva, no importan si su equipo favorito gana o pierde… al fin del cuentas, lo bonito del fútbol, es saber que no se sabe lo que va a suceder, y perder también es una opción. Pero por favor, que se pierdan los puntos en disputa, pero que nunca se pierda la decencia.