Candidatos: ahora sin oportunismo con el deporte

...ya empiezan algunos aspirantes a expresar sus intereses con relación al deporte en la región, aunque otros lo han usado por años, como bandera para no aflojar su imagen en un sector que por sus pasiones mueve masas, mueve fama y mueve votos.

Foto / Carlos Marín

El año 2019, coincide con un proceso electoral de orden territorial, que bien podría anticipar situaciones previsibles en los propósito de las campañas que partidos políticos y sus candidatos lideran con miras a ocupar las alcaldías, gobernaciones, concejos, asambleas, juntas de acción local y comunal en el 2020.

Obvio, en la mira de estas campañas estará el deporte, máxime cuando el tiempo electoral coincida previamente con el desarrollo de los Juegos Deportivos Nacionales 2019, o también conocidos como los Juegos del Bicentenario.

La coincidencia (elecciones en octubre y Juegos Nacionales en noviembre) se presta para la politiquería, aunque también para la buena Política.

Por lo cual, ya empiezan algunos aspirantes a expresar sus intereses con relación al deporte en la región, aunque otros lo han usado por años, como bandera para no aflojar su imagen en un sector que por sus pasiones mueve masas, mueve fama y mueve votos.

Lo cierto de esta relación – Deporte y Política-, es que los Juegos Deportivos Nacionales en cualquiera de sus versiones, anteriores y por venir, son el reflejo de un proceso estructural complejo (no de días o meses), sino de años.

Cuando una liga deportiva de cualquier departamento, logra clasificar sus deportistas de alto rendimiento a las justas más importantes del país, realmente lo que está reflejando es el resultado de sus procesos y el rigor que va desde las estrategias y metodologías de entrenamiento, los procesos pedagógicos liderados por profesionales en el campo, la adecuada inversión de los recursos que llegan como apoyo desde los entes territoriales, hasta los procesos administrativos de transparencia y legalidad.

A lo anterior, se suma la identificación de los talentos y su potenciación deportiva, la adecuada infraestructura de escenarios deportivos, las acertadas participaciones en eventos de competencia que elevan los niveles de los deportistas, hasta las condiciones técnicas, de seguridad, y estabilidad laboral de cada uno de los actores involucrados en el proceso.

Es decir, que tener presencia en los Juegos Nacionales da cuenta de un desarrollo de base estructural, que de forma armónica permite llegar a esta instancia como muestra de las buenas acciones y decisiones políticas.

No sería justo, que en la coincidencia de la temporada entre campañas y promoción previa de asistencia y participación de los deportistas al magno evento, aparezcan los mesías, los mecenas, y hasta los profetas de la politiquería, para exaltar con sus nombres de candidatos a los deportistas que nos representarán como territorio a nivel nacional y quienes muy seguramente han puesto más de lo que han recibido en su proceso formativo, de competencia y consolidación.

Cualquiera que sea el resultado de las ligas deportivas y de los clasificados, hay que aclarar que son el reflejo de años de trabajo, de procesos que se plantearon retos y de apoyos reales que se ofrecieron con oportunidad, con el apoyo de los gobiernos locales y hasta con la ayuda de la empresa privada.

Las campañas y candidaturas, son entonces una oportunidad para identificar y reconocer los buenos procesos deportivos, para que una vez se conozcan los nuevos dirigentes administrativos, den continuidad para fortalecer y potenciar el desarrollo deportivo de la región.

Sin oportunismo con el deporte, con respeto por los deportistas por su imagen y su buen nombre; las campañas políticas también pueden liderar procesos estructurados,  diligentes y comprometidas con las verdaderas acciones de apoyo al deporte.

«Unidos somos más. Más deporte, más región»

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