Sara Varón, la joven que cambió juguetes por motores

Foto/Fb Sara Varón y Racing Bike Mexico

El Eje Cafetero ha sido históricamente el centro de exportación de millones de sacos de café, permitiendo que el mundo conozca esta tierra por la suavidad de su café, gracias a miles de manos que recolectan el grano maduro para deleitar los paladares de los cinco continentes. Sin embargo, esta región también sabe exportar otro producto: el talento deportivo.

Decenas de atletas han logrado trascender las fronteras nacionales para mostrar su nivel competitivo en el exterior. Ese es el caso de Sara Liseth Varón Urrutia, una ibaguereña de 21 años que triunfa en la moto velocidad internacional. Fue la primera colombiana en ganar el Campeonato Iberoamericano Femenino Monomarca Italika 500cc en 2023, y desde entonces su vida ha estado marcada por los triunfos y su ascenso en el mundo del motociclismo.

Para esta tolimense, la infancia no estuvo rodeada de muñecas, sino de bujías, llantas, bielas y velocidad. Sus padres, Julio y Mariana, eran amantes del motociclismo y solían llevarla, junto a su hermana menor, a los circuitos para verlos montar.

A los seis años se subió por primera vez a una moto y desde entonces quedó fascinada por la idea de pilotar, como el estridente ruido de estos aparatos que deja un eco en el oído. Así comenzó una carrera llena de altibajos, pero siempre con la determinación de cruzar la meta, impulsada por su temple y su ímpetu, porque había encontrado su verdadera felicidad, algo que nadie podía arrebatarle.

Inició su recorrido en un circuito de Ibagué, donde demostró que no solo estaba hecha para correr, sino para ganar. A ese primer circuito le siguieron otros a nivel regional y luego nacional. Sentía que ese era su destino: correr, romper el aire y cruzar la meta con el sonido del motor en sus oídos y en su alma.

Luego asumió un nuevo reto: dejar las motocicletas de dos tiempos y competir en las de cuatro tiempos, un cambio que la hizo cuestionarse si estaba en el lugar correcto, ya que al principio no lograba ganar, ni siquiera entrar entre las diez primeras.

Pero los verdaderos campeones saben superar temores, romper miedos y dominar los nervios, y eso fue lo que hizo Sara para triunfar.

Después llegaron los triunfos, las glorias y el reconocimiento que hoy tiene en el mundo de la moto velocidad, especialmente en el primer Campeonato Mundial Femenino de Motociclismo avalado por la Federación Internacional de Motociclismo (FIM), donde participan 24 pilotos de Argentina, Colombia, Chile, Venezuela, Estados Unidos, México y otros países en seis circuitos. Allí, la cafetera Sara Liseth demuestra sus habilidades sobre la motocicleta marcada con el número 15, y el país la acompaña como en su momento lo hizo con Juan Pablo Montoya, solo que ahora la competencia es sobre dos ruedas.

Para ella, cantar y bailar son otras actividades que adora, porque le permiten sentirse tranquila, serena y comprender mejor la vida y a los seres humanos, algo que la velocidad a veces no le permite.

“Quiero fundar mi propia escuela de motociclismo en Colombia. De esta forma, todas las personas que quieran aprender y practicar el deporte podrán acceder a una plataforma nacional e internacional de oportunidades”, dijo Sara en una entrevista al Comité Olímpico Colombiano.

“Unidos somos más. Más deporte, más región”

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