Los silencios en el deporte también son corrupción
El sector deporte no es ajeno a las realidades que aquejan a las sociedades latinoamericanas, en un contexto donde hay lugar para las desigualdades, la trampa, el atajo, es necesario entender lo vulnerable que puede ser este campo ante eventuales tropiezos.
Desde omitir una información importante en un proceso de investigación, hasta increpar a un deportista que se niega a competir sin estar preparado para la exigencia del evento.
En el sistema del deporte colombiano escasea la investigación, el análisis y la denuncia pública, elementos importantes a la hora de establecer estrategias sólidas que permitan promover procesos transparentes al interior de los clubes, ligas, federaciones, asociaciones y entes responsables de orientar los destinos del deporte.
Si bien los esfuerzos de Coldeportes Nacional y el Comité Olímpico Colombiano propenden por infundir el respeto hacia los valores deportivos a cualquier escalada en una organización, esto se queda corto ante eventuales brotes de corrupción, llámense cohecho, compra de votos, conflicto de intereses en cargos administrativos, el suministrar sustancias prohibidas a un atleta previo, durante y posterior a una competición, o incluso mentir sobre la edad biológica de un deportista.
El deporte como cualquier otro sector, se muestra sensible ante estas prácticas que empañan la esencia del mismo, lo que deriva en una obligación de las organizaciones por elaborar herramientas que a la luz de cualquier persona sean visibles, mejoren el entorno cada día, procuren transparencia.
Querer silenciar un posible caso de dopaje, omitir información relevante sobre posibles abusos sexuales, constituyen comportamientos alejados de principios éticos y morales, que trascienden el ámbito deportivo. Es necesario actuar con prontitud ante el avasallante silencio que circunda en el medio. Y en eso el deporte tiene que ser estratégico, ampararse en las alianzas con la academia y las organizaciones no gubernamentales.
El silencio es un arma con efectos inimaginables para cualquier sociedad. Un deportista que fue abusado desde su niñez hasta su etapa de juventud y tuvo que callar, hasta el dirigente que pidió complicidad de sus colaboradores para desequilibrar el músculo financiero de un equipo de fútbol.
Luego, el periodismo también está llamado a investigar, a analizar y discurrir entre caminos extensos la dinámica sobre cómo se mueven los organismos en su interior, destapando entramados de poder, redes de sobornos, pedofilia, alteración de documentos oficiales, además de conductas que trasgredan la honorabilidad de la función social del deporte.
El compromiso del periodista en cualquier caso debe estar atado al impacto social que genera su trabajo, en la manera de prever que la ausencia de esfuerzos por esclarecer situaciones, perjudican a terceros.
Es así como la corrupción y los silencios intencionados provocan reacciones adversas, que esperadas o no, desfavorecen un desarrollo útil en el deporte, el deporte visto como herramienta de cohesión social.
Que pasa en Pereira una liga daña un escenario deportivo ante los ojos del mundo del deporte y todo bien para la razon el tiempo. #MasBeisbolLrb