¡Cuidado! Usted podría tener pie de atleta y no pies de atleta

FOTO: podolife.com

Los pies son los cimientos que sostienen el cuerpo, al igual que las bases de un edificio, por lo que el cuidado que se les brinde debe ser especial. Sin embargo, existen enfermedades que pueden afectar estos pilares, especialmente a quienes realizan actividades deportivas.

Una de ellas es la Tinea Pedis o Tiña Podal, término médico para el Pie de Atleta, que afecta las plantas de los pies, causándoles dolor. Esta enfermedad ha afectado a deportistas de alto rendimiento como la lanzadora de pértiga Yelena Isinbayeva y Katarina Johnson-Thompson, favorita en el heptatlón.

Muchos se preguntan: ¿cómo se contrae esta enfermedad en los pies a pesar del cuidado que se tiene?

Una de las razones más comunes es la sudoración excesiva dentro del calzado deportivo o caminar descalzo en duchas y piscinas, incluso, tocar la zona infectada. También puede transmitirse mediante el contacto directo con una persona infectada o con superficies contaminadas, como toallas, pisos y calzado.

Los síntomas incluyen picazón intensa, piel quebradiza y escamosa entre los dedos de los pies, que provoca ardor y prurito. Al rascarse, se facilita la expansión del hongo.

Tratamientos para el Pie de Atleta

Existen diversos tratamientos, desde cremas antimicóticas de venta libre, que suelen ser suficientes en la mayoría de los casos, hasta medicamentos con receta médica para infecciones más graves. Estos tratamientos generalmente curan la infección, pero existe la posibilidad de recurrencia.

Las cremas o polvos antimicóticos de venta libre pueden ayudar a controlar la infección:

  • Estos productos contienen medicamentos como miconazol, clotrimazol, terbinafina o tolnaftato.
  • Es importante seguir usando el medicamento durante 1 a 2 semanas después de que la infección haya desaparecido para prevenir su reaparición.

Además, se recomienda:

  • Mantener los pies limpios y completamente secos, especialmente entre los dedos.
  • Lavar los pies cuidadosamente con agua y jabón, y secar minuciosamente la zona. Se aconseja hacerlo al menos dos veces al día.
  • Para mantener seco el espacio interdigital (entre los dedos), se puede utilizar lana de oveja, disponible en farmacias.
  • Usar calcetines limpios de algodón y cambiarlos, al igual que los zapatos, con la frecuencia necesaria para mantener los pies secos.
  • Utilizar sandalias o chanclas en duchas o piscinas públicas.
  • Emplear polvos antimicóticos o talcos secantes para prevenir el pie de atleta, especialmente si se es propenso a padecerlo o si se frecuentan lugares donde el hongo es común (como duchas públicas).
  • Usar zapatos bien ventilados y fabricados con materiales naturales como el cuero. Es útil alternar el calzado diariamente para que puedan secarse por completo entre cada uso. Evitar los zapatos con forros de plástico.

Si el pie de atleta no mejora con el tratamiento de cuidados personales en 2 a 4 semanas o si reaparece con frecuencia, es importante acudir a un profesional de la salud. Este puede recetar:

  • Medicamentos antimicóticos por vía oral.
  • Antibióticos para tratar infecciones bacterianas secundarias al rascado.
  • Cremas tópicas de receta para eliminar los hongos.

Ya sea que usted como deportista realice cualquier tipo de actividad, incluso en el trabajo, no permita que el pie de atleta lo detenga. ¡Mantenga sus pies como los de un verdadero atleta!

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