Correr o trotar con su perro, el vínculo que se fortalece

Foto/Jonh Jairo Bonilla

“¡A correr, mis perros!” Para quienes comparten la vida con un amigo de cuatro patas, esta frase es una invitación a la alegría, la libertad y la complicidad.

Salir a correr con su perro es mucho más que hacer ejercicio. Es ver cómo sus ojos brillan de emoción cuando se toma la correa, ver cómo su cola se agita y cómo, al ritmo de sus pasos, ellos también se sienten vivos, plenos y felices. En cada jadeo, en cada salto, en cada mirada que se lanza mientras trotan a su lado, su perro dice sin palabras cuánto disfruta ese momento.

Los expertos coinciden: correr juntos fortalece el cuerpo, pero sobre todo el corazón. Usted y su perro se convierten en un equipo, en compañeros de aventuras. Ambos ganan salud, resistencia y, lo más importante, un lazo de confianza y amor que se hace más fuerte con cada kilómetro recorrido.

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No todos los perros corren

Así como no todos los cuidadores pueden salir a trotar, tampoco todos los perros están listos para hacerlo.

Hay algunos aspectos importantes que se deben tener en cuenta antes de ejercitarse con el amigo fiel. Por ejemplo, si el perro aún es cachorro, lo ideal es esperar a que complete su desarrollo musculoesquelético para evitar problemas articulares en el futuro.

¿Todos los días y todas las razas?

Los perros sudan a través de las almohadillas de sus patas, por lo que el calor intenso puede ser peligroso. Si la temperatura supera los 20 grados, es mejor buscar la sombra o no sacar al perro a correr. Además, las razas grandes, de pelo corto y hocico alargado suelen ser las más adecuadas para trotar, aunque las razas pequeñas también pueden hacerlo, pero requieren sesiones más cortas debido a su propensión a problemas motores y respiratorios.

Hidratación y descanso

No olvide la hidratación, las pausas y sobre todo, la paciencia. Su perro, como usted, necesita tiempo para adaptarse, para aprender los ritmos y disfrutar del paseo. Y si alguna vez se detiene a olfatear o a mirar el mundo, recuerde que para él, cada salida es una fiesta de sentidos.

Foto/Jonh Jairo Bonilla

Al final del día, correr juntos es mucho más que ejercicio. Es un instante de felicidad compartida, de libertad y de gratitud. Porque si su perro pudiera hablar, le diría gracias por ese tiempo, por esa aventura, por ese amor que se expresa en cada paso, en cada respiro, en cada latido.

Así que la próxima vez que escuche “¡A correr, mis perros!”, sonría y tome la correa. Porque para su mejor amigo, correr con su cuidador es el mejor regalo.

«Unidos somos más. Más deporte, más región»

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