Entre atletas de marcha, se destaca Emilio Millán Naranjo del Quindío

Foto/Liga de Atletismo del Quindío

El atletismo tiene un alto nivel de exigencia deportiva en cualquiera de sus disciplinas, por el esfuerzo que requiere, como saltar alto o largo, correr a toda velocidad o lanzar un disco y hasta resistir trotando varias horas.

Sin embargo, hay una rama de este deporte que requiere de sus competidores una actuación extrema de todos los miembros del cuerpo, por su alta dificultad. Se trata de la marcha, un deporte donde se camina a alta velocidad, pero sin correr.

En el Eje Cafetero, estuvo representado por tres atletas que compitieron en el Campeonato Nacional de Marcha Atlética de Anapoima, que contó con la participación de cerca de 800 deportistas de varias ligas del país, que compitieron en las categorías infantiles, juveniles y mayores, con el fin de ganar una medalla y la convocatoria a la Selección Colombia para participar en próximas competencias internacionales.

Melany Andrea Chacón participó en la categoría sub 16 en 3 km, y Mauricio Giraldo Orozco, un debutante en eventos nacionales, en los 20 kilómetros de marcha, lograron un importante papel para el Quindío. Mauricio inició su entrenamiento el año pasado, con entusiasmo y buen rendimiento, mientras Melany realizó un esfuerzo importante en el torneo nacional.

Foto/Liga de Atletismo del Quindío

Pero uno de los competidores que más ha sorprendido por su habilidad y versatilidad en la marcha, es el pequeño atleta de 12 años, Emilio Millán Naranjo, quien se colgó una medalla de plata en la categoría de 2 kilómetros, aunque participara por primera vez en un campeonato. Esta joven revelación que proviene del colegio Marco Fidel Suárez de Pueblo Tapao, entrenó con la profesora Luz Stela García, quien lo vio correr y de inmediato reconoción su potencial, por eso lo incluyó en su equipo de atletismo.

Su infancia fue la mejor, porque se crio en un ambiente campesino, por ser hijo único creció en la finca lidiando con gatos, gallinas, patos y perros, quienes eran sus aliados de juegos inocentes, donde un palo de guayaba era su columpio o los caminos de la finca, su pista de carreras. Y esto a Emilio le encantaba, incluso armaba legos y rompecabezas en el patio de la casa.

Seguramente, este ambiente libre de celulares y tabletas, le permitió al pequeño de 12 años, desarrollar habilidades atléticas que fueron muy notorias cuando entró a estudiar bachillerato en el colegio Marco Fidel Suárez.

Foto/Liga de Atletismo del Quindío

Con 11 años, cuando empezó, ingresó a la escuela de atletismo del colegio, que dirige Luz Stella García, una profesora que tiene un ojo nítido para los talentos, quien de inmediato notó su fuerza y velocidad para el atletismo, porque pese a su estatura, su resistencia era única y sus constantes zancadas tenían una revolución alta para su edad.

Luego, el entrenador de atletismo del Quindío, Jorge Beltrán, un conocedor de talentos, vio que Emilio era una gema en bruto para la marcha que había que pulir, porque sus movimientos y fortaleza así lo mostraban. Entonces inició con el pequeño novato el proceso de entrenamiento que en dos semanas arrojó un buen nivel competitivo. Pero aún faltaba la técnica, y por esta razón fue descalificado en los Intercolegiados, aunque llegó entre los primeros marchistas.

Desde entonces el profe Beltrán inició un proceso para cultivar la perfección y técnica de la joven revelación, trabajo que al poco tiempo empezó a dar sus primeros frutos.

En el Campeonato Nacional de Atletismo de Anapoima que se llevó a cabo el 22 y 23 de febrero de 2025, el debutante y más pequeño de los competidores, con solo un par de meses de entrenamiento, logró una medalla de plata para el Quindío, demostrando que los juegos físicos de la niñez van forjando campeones, impulsando talentos y descubriendo campeones como Emilio, quien el próximo mes de abril cumplirá 13 años y pronto será quien ocupe el podio dorado en próximas competencias.

Foto/Liga de Atletismo del Quindío

Sueña con ser un profesor de educación física, quiere conseguir más medallas y por eso dice que entrenará con todo su corazón y disciplina, porque en su mente ya se trazó que irá a unos Juegos Olímpicos.

Claro, habrá que esperar qué apoyo reciba Emilio de las entidades públicas y privadas, y así doña Elizabeth y Octavio, no tengan que volver a pedirle a la profe Luz Stella que les preste dinero para comprarle las zapatillas de atletismo. Y que tampoco sigan gastando el poco dinero que devengan en los pasajes cada tres días desde la Finca hasta la pista atlética de Armenia.

“Desde un comienzo, cuando estaba en cuarto primaria le dije, Emilio, «péguesele» a la profesora de educación física porque ella ha sacado muchachos de bajos recursos, del campo, adelante con el deporte, y hay que luchar para seguir adelante.” Dice doña Elizabeth, la madre de Emilio.

«Unidos somos más. Más deporte, más región»

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