En el fútbol del Once Caldas femenino, se destaca la niña Alisson Ramírez

Foto/Club Wikam

La llegada del Once Caldas femenino al futbol colombiano, ha permitido mostrar el talento de las mujeres, quienes vienen ganando terreno y experiencia en los encuentros que han tenido y que les ha permitido ajustar su rendimiento y nivel competitivo.

Pero más allá de lo colectivo y el buen momento que se vive dentro del plantel, está la historia de sus jugadoras quienes han demostrado el temperamento y el esfuerzo por dejar el nombre del equipo en alto.

Así mismo el heterogéneo grupo de deportistas deja entre ver las historias a través de los talentos que aparecen desde los clubes y escuelas deportivas donde se trabajan con los semilleros para ir moldeando aquellos atletas innatos que de otra manera nunca serían descubiertos y sus habilidades terminarían desperdiciándose en algún lugar, menos en el deporte.

Es el caso de la volante Alisson Ramírez Espinosa, quien a sus 16 años integra el equipo Once Caldas.

Foto/Club Wikam

Su niñez transcurrió en el barrio Solferino de Manizales, con poco gusto por juguetes tradicionales, pero una fuerte atracción por el balón, gusto que mostraba cuando veía en las vitrinas una pelota. Fueron muchas las matas que le dañó a doña Cenaida en la terraza donde jugaba sola con su primer balón. Y cada que veía a los niños jugando, sentía que debía estar allí, disputando, corriendo y haciendo goles.

A jugar con niños

Un día mientras montaba bici con Fabián, su padre, vio unos niños entrenando y allí se paró a observarlos. Así que al otro día llegó del colegio, se vistió una pantaloneta y le pidió a su padre que le llevara de nuevo al parque, pero ahora no era a pedalear, sino a patear el balón.

A sus 6 años empezó en el fútbol bajo la dirección del entrenador Yimmy Calle quien dirige el Club Huracanes River Manizales. Él recuerda cuando la pequeña llegó porque la mayoría eran niños, algo que a ella le encantaba porque eran los amiguitos de la cuadra y se sentía más cómoda.

En pocos meses, Alisson pasó de pedir que la dejaran jugar, a ser invitada por sus compañeros quienes sabían de las condiciones futbolísticas de la niña para pasar el balón, gambetear, correr y meter goles, algo que también demostraba jugando banquitas los fines de semana cuando no entrenaba, pero siempre jugaba en medio de niños.

“En solferino hay mucho talento, lo que falta es recursos monetarios. Los jugadores de bajos recursos los becamos con los aportes de algunos padres. Eso sí, deben tener buen criterio de disciplina y compromiso” Argumenta Jimmy Danilo Calle del club Huracanes River Manizales.

Foto edición

Por varios años entrenó en la diversa cancha del barrio Solferino donde las líneas que la demarcan son los caminos de los vecinos que se mezclan con islotes de pasto y charcos de agua. Allí Alisson fue consolidando su técnica y sus jugadas, hasta que llegó el momento que esperan todos los deportistas con condiciones, pero sin bendiciones. La oportunidad de ser vistos y estar en un club que apoye a los deportistas en proyección.

Este sueño se cumplió en el 2020 cuando el entrenador Julián Camilo Patiño del club Wikam, vio llegar a una niña de 11 años con su mirada fija y sonrisa tímida, un poco delgada y cabello largo, quien venía recomendada como una deportista promesa del fútbol. Algo que ella dejó claro desde el primer día, con su esmero por buscar el balón, su seguridad al poseerlo y su esfuerzo por no perderlo.

Es una jugadora extremadamente atrevida con el balón, que fácilmente te soluciona una jugada cuando ni te esperas que pueda pasar, tiene una visión del juego adelantada, gran pase filtrado, su mayor virtud es su capacidad técnica, siendo «menudita», no muy alta es muy difícil sacarle el balón cuando lo tiene en posesión, y con una capacidad de juntar a su equipo y ponerlo a jugar muy bien a través de la posesión del balón. Sí la pones cerca del área rival en cualquier momento te soluciona el partido con algo que solo ella se inventa, Dice Julián Camilo Patiño, entrenador del club Wikam.

Foto/Club Wikam

Desde entonces la hoy deportista de 16 años, fue acogida por el club que supo aprovechar sus habilidades de volante mixta, dándole la oportunidad de jugar en torneos y competencias. Jugó el baby fútbol, fue a un torneo nacional en Yopal Casanare, participó en campeonatos nacionales e inter clubes de la Difútbol y otros eventos locales como la Copa La Patria y el torneo de la Feria de Manizales.

Gracias a su rendimiento, en el 2024, el club y la fundación South Fork United la seleccionaron para reforzar un equipo de Estados Unidos que participó en el torneo de fútbol de Suecia donde se destacó por su dominio con el balón.

Foto/Jonh Jairo Bonilla para Semilleros Deportivos

Así mismo, la futbolista fue elegida como la mejor deportista del año en el 2022 y 2023, algo que le ha merecido el puesto que tiene en el recién creado equipo femenino del Once Caldas, donde espera la oportunidad de mostrar que estos años de lucha, esfuerzo y talento, le han dejado grandes enseñanzas y habilidades.

Desde los 6 años hasta los 12 años Alisson se formó y jugó siempre con niños, bajo la dirección de Jimmy. Nosotros siempre hemos estado apoyándola para que no falte a ningún entrenamiento. Ella es muy disciplinada se deja guiar y tiene mucho sentido de pertenencia. Cuando estuvo en Suecia, un árbitro le dijo que quería verla en una Champions, porque jugaba muy bien al fútbol” Agregó Yeny espinosa, madre de la deportista.

«Unidos somos más. Más deporte, más región»

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