Alianza y Estudiantes Pereira, a compartir lo aprendido en Europa
La participación en la Mediterranean International Cup marcó a los jugadores y técnicos que viajaron, por lo menos en esta primera experiencia de compartir con clubes de otros continentes. Las reflexiones, aprendizajes y vivencias fue el gran triunfo de los risaraldenses.
Con nuevas ilusiones, expectativas y conocimientos arribaron a Colombia los 30 jóvenes deportistas de Alianza FC y Estudiantes Pereira, orientados por los técnicos Gonzaga Pérez y Wilson Sepúlveda. Es que después de enfrentar a equipos como el Shakhtar Doneskt (Ucrania), Total Fútbol Academy (USA) y Sydney Olympic (AUS), la manera de ver el fútbol se amplió mucho más para los menores.
«Pienso que desde lo deportivo se encuentra uno otra realidad, desde la parte de escenarios, desde la parte de acompañamiento de los clubes, trabajo de los equipos, el estilo de juego, todo se hace muy rápido, son muy técnicos, a nuestros muchachos les cuesta mucho… son partidos de 25 minutos pero la intensidad del 100 por ciento y ellos lo van sintiendo en cada partido. Deportivamente nos tratamos de poner a nivel en los primeros partidos, al final ya se sentían muy cansados que es lo normal por ser la primera experiencia… el otro año la idea es preparar lo equipos de otra manera», comentó Gonzaga Pérez, quien estuvo orientando a la categoría 2002.
Aunque no solo fue en la parte deportiva, en su mayoría era la primera vez que salían del país a una competición oficial; pero lo que marcó el estar en una de las regiones más futboleras del mundo como es Cataluña, donde reside el Fútbol Club Barcelona, también les permitió adentrarse en otras realidades. «Una cultura totalmente diferente, desde el manejo de las calles, el caminar, pasar por las cebra, el respeto de los peatones con los carros, la amabilidad de la gente, el pago de los productos que no hay personas, lo que usted consume va y lo paga en una máquina», agregó Pérez.
Los pequeños futbolistas no solo fueron a pegarle a la redonda, fueron a vivir detalles de disciplina como la puntualidad, el orden, la independencia que pueden adquirir al estar en este tipo de eventos, además el estar fuera de la casa durante varios días. «Estuvimos con equipos de todos los continentes, donde se hablaban a través de señas con los alemanes, con los japoneses, con los rusos, fue algo muy bonito», complementó el entrenador.
Esas vivencias marcaron el camino que inician en los procesos formativos los integrantes de ambos clubes, el conocer el estadio Camp Nou, del Barcelona; el conocer los Montes Pirineos, el intercambio cultural que se gestó en la reunión deportiva, según Wilson Sepúlveda fue maravilloso. «La experiencia fue muy enriquecedora desde todo punto de vista, no solo a nivel futbolístico, estuvimos en un torneo supremamente bien organizado, que lo hace sentir a uno bien, que lo hace sentir que está participando en un evento importante… Deportivamente si nos dimos cuenta que nos falta mucho, igual nosotros construimos un grupo entre dos clubes donde no podíamos entrenar todo el tiempo juntos, donde se hacen procesos de selección con dificultades. Allá el fútbol es más rápido, el balón es más templado, casi todas las canchas son sintéticas, a los jugadores les afectó mucho el clima, el frío», explicó.
Los aprendizajes también quedaron para ambos clubes, desde el tipo de balón que utilizan hasta el trabajo que se debe emprender en Colombia para llegar a esos niveles donde clubes europeos muestran su jerarquía desde el fútbol base.
«Nos falta mucho, tenemos que seguir trabajando, tenemos que seguir potencializando a los deportistas, que ellos mismos entendieron que no es fácil, que hay que entrenar bastante, que hay que esforzarse mucho, a veces en Colombia somos muy tranquilos, asumimos el entrenamiento como una parte recreativa, entonces entender eso, en todo sentido fue enriquecedor», puntualizó Sepúlveda.
Con los mismos conceptos regresó el Club Atlético Dosquebradas de fútbol femenino, que tuvo que enfrentarse a grandes europeos como el París Saint Germain, además de vivir experiencias similares en el conocimiento de una cultura del fútbol diferente y otros modos de vida.
El Club Sócrates Valencia, que ya había tenido la oportunidad de asistir en el 2017, tuvo un mejor rendimiento en lo futbolístico, esa primera experiencia le generó un valor agregado sobre los otros clubes de Risaralda que asistieron por primera vez y es que ya conocían un poco la dinámica.
De esta manera los organismos deportivos no regresaron con las manos vacías al departamento, no llegaron con trofeos, pero sí con mucho conocimiento para compartir, con anécdotas e historias de su paso por Europa, un continente del que se tiene mucho por aprender en lo deportivo y cultural.