¡Nuestros deportistas están triunfando fuera casa!
Sara López, la deportista que más triunfos ha ganado en la región cafetera no se ha ido, no se ha marchado porque aquí en esta región del país, se supo cómo sostenerla; luego no se ha hecho lo mismo con la mayoría de deportistas que tienen que irse para ver el pico alto de sus carreras, el caso de Juan Camilo Hernández.
Es hora que Caldas, Quindío y Risaralda interpreten el talento que tienen en sus deportistas, la osadía en la mentalidad de cada uno de ellos, que de lejos, permite pensar que se es potencia sin reconocerlo. El denominado Eje Cafetero goza de talentos excepcionales en cada rincón de los 53 municipios que hacen parte de los tres departamentos.
Son los atletas que siembra esta tierra, y sus medallas el fruto de las transformaciones que ha tenido Colombia. Deportistas ondean banderas por doquier, se pasean por el mundo conquistando lugares que hoy ya no son lejanos, son ellos los que arriban como minorías a los Juegos Olímpicos, pero salen con una que otra dorada en el pecho para despertar el interés del mundo, en eso se ha convertido el deporte colombiano, y lamentablemente en algunas regiones no se ha leído así.
La región cafetera no es ajena a ello, dejar ir a los talentos hacia otros lugares para que les exploten las condiciones que se cultivaron aquí no es un gesto propio de sentido de pertenencia. Las escuelas, clubes, ligas deportivas, entes territoriales, academia, empresa privada, tienen la oportunidad de mostrar con su apoyo que el valor humano de la zona tiene peso y su permanencia es necesaria.
Desde Sofía Múnera que se marchó con beca universitaria a Estados Unidos para jugar al Tenis, hasta jóvenes que llegan a España a buscar refugio en el Rugby u otros deportes. El más cercano ejemplo se tiene con el futbolista profesional Juan Camilo Hernández, quien llegó al país ibérico para la presente temporada y le bastaron 16 goles y unas cuantas asistencias para ser fundamental en el ascenso de la Sociedad Deportiva Huesca, club de primera división del cuadro español, gesto que no pudo alcanzar en su casa con Deportivo Pereira.
Clara Juliana Guerrero, la bolichera que se paseó por el mundo mostrando sus dotes y destrezas, dejando a un lado a su natal Quindío; el mismo atleta Gerard Nicolás Giraldo, que encontró en Antioquia lo que Quindío no se atrevió a ofrecerle. Precisamente a la región cafetera, le ha faltado un poco de lo que promulga Antioquia y Caldas, regionalismo del positivo, de ese que permite que el deportista se sienta como local y quiera sus raíces, además porque encuentra las garantías para tener una carrera exitosa.
Aún así al departamento caldense también se le van los atletas, ¿qué pasa?, no es una pregunta nueva, es una consulta que tiene respuesta en la propuesta, en la gestión privada y el recurso público, el trabajo articulado desde los diferentes sectores para lograr una sintonía, donde se reconozca un ecosistema, concepto utilizado en el Inder de Medellín, que resulta novedoso y práctico a la hora de encontrar los caminos que se requieren para subsanar el problema.
Es pues Sara López, no solo un ejemplo de deportista destacada, sino una experiencia viva que podemos retener a los atletas cuando menos, para que se identifiquen con el territorio que los vio crecer, y sirvan como puntos de referencia para las juventudes, para las sociedades que hoy merecen encontrar en el deporte, no solo entretenimiento, sino un modelo de vida.
Existe una alegría por el ascenso de Juan Camilo Hernández, pero queda el sinsabor que nuestros atletas están triunfando fuera de casa, porque aquí les está faltando mucho para encontrar lo que desean.