Colombia clama por mejores condiciones para el voleibol nacional: un llamado urgente

Foto: Federación Colombiana de Voleibol

En 2025, el voleibol colombiano atraviesa un momento histórico y desafiante.

La Selección Colombia Femenina de Voleibol mayores, está en la final del Campeonato Panamericano que se disputa en Colima, México, tras derrotar contundentemente a Puerto Rico 3-0 en semifinales. Este logro representa un hito para Colombia, mostrando el talento, la disciplina y la competitividad creciente de este deporte a nivel internacional.

Sin embargo, detrás de esta victoria emblemática, se esconde una realidad preocupante que evidenció a través de las redes sociales el presidente de la Federación Colombiana de Voleibol, Mauricio Antolinez Díaz y quien hizo un llamado directo al Gobierno Nacional.

«…este logro llega en medio de una realidad preocupante: lo hemos conseguido sin apoyo económico directo del Gobierno Nacional.»

El dirigente denuncia que el presupuesto asignado a la Federación Colombiana de Voleibol sufrió un recorte drástico, pasando de 3,600 millones de pesos a solo 400 millones para este 2025, suma que todavía no ha sido formalmente asegurada. Esta falta de financiamiento pone en riesgo no solo la participación en competencias internacionales, sino la estabilidad de todo el voleibol nacional a mediano y largo plazo.

No obstante, este recorte y la incertidumbre en el presupuesto tiene como raíz del problema al mismo Congreso de la República, donde varios congresistas hundieron la Ley de Financiamiento que garantizaba recursos estables para múltiples sectores, incluido el deporte. Esta decisión generó una reducción drástica del presupuesto destinado al deporte en el país, pasando de 1,3 billones de pesos (2024) a  69.000 millones (2025), una dismunición del 94,6%.

Si bien existe un consenso sobre la importancia de fortalecer el deporte nacional, los mecanismos legislativos para garantizar un presupuesto suficiente y estable no han sido aprobados en el Congreso. Esto ha generado un escenario de incertidumbre en la asignación de recursos destinados a los atletas.

Algunos sectores políticos, principalmente en el Legislativo, han decidido no respaldar las iniciativas que buscaban asegurar una inversión sostenida, lo que ha afectado la disponibilidad de fondos para el desarrollo deportivo. Mientras tanto, el deporte sigue recibiendo atención pública, aunque sus necesidades financieras continúan sin resolverse plenamente.

Antolinez, presidente de la Federación Colombiana de Voleibo recalcó el esfuerzo extraordinario que ha tenido que hacer su organización usando recursos propios, hipotecando su estabilidad financiera hasta el 2026. Este modelo no es sostenible. En sus palabras:

“¿Qué tal que tuviéramos un apoyo real? ¿Qué tal que contáramos con una preparación adecuada? ¿Qué tal que los recursos llegaran directamente al deporte y a nuestros atletas?”

El clamor por mejores condiciones para el voleibol en Colombia se fundamenta en factores estructurales:

  • La ausencia de una liga profesional estable y suficientemente financiada, un elemento esencial para consolidar la competencia interna y atraer patrocinadores.

  • Retos administrativos y técnicos que requieren mejoras para profesionalizar el deporte.

  • La insuficiencia y retraso en la entrega de recursos económicos gubernamentales, producto también de decisiones políticas, que limitan la preparación y proyección internacional.

  • Falta de inversión constante en la formación, captación y retención del talento local.

  • La necesidad de transparencia y compromiso ético en la gestión deportiva para ganar credibilidad y confianza.

Aunque existen avances como la Superliga de Voleibol y la clasificación para eventos importantes como los Juegos Panamericanos Junior 2025 (con la dupla colombiana de playa) y hasta para el Campeonato Mundial de este mismo año, la falta de apoyo económico y organizativo sigue siendo la principal barrera para que el voleibol colombiano alcance su máximo potencial.

El deporte nacional pide más que aplausos tras las victorias

Requiere inversión planificada y compromiso sólido por parte del Estado y del sector privado para garantizar que los recursos no solo existan en papel, sino que fluyan oportunamente y beneficien directamente a los atletas.

Como concluye Mauricio Antolínez Díaz:

«Nuestros deportistas ya demostraron que pueden llegar a la cima. Ahora el Estado debe demostrar que está dispuesto a acompañarlos. Apoyar el deporte no es un gasto, es una inversión en juventud, en sueños, en país».

El futuro del voleibol en Colombia depende de la capacidad de converger talento, organización y recursos. Pero también, de que la clase política entienda que el desarrollo deportivo es una política de Estado, un compromiso que debe trascender los intereses partidistas para darle al país el lugar que merece en el escenario internacional.

«Unidos somos más. Más deporte, más región»

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