Yesica, la deportista trans que juega Baloncesto por el Eje Cafetero

Yesica

Foto / Carlos Marín. Yesica

La danza hace parte de las tradiciones de Pijao, un municipio ubicado a solo 37 minutos de Armenia, capital del Quindío. El lugar donde nació la protagonista de esta historia, la deportista que nació hombre, y que ahora acude a las canchas como mujer.

El dato de la danza no tendría ningún sentido si en la vida de Yeison Arturo Zuluaga Cardona, la música no hubiera marcado una manera de sentirse libre.

El ritmo y los pasos en cada coreografía, o de vez en cuando las salidas a bailar a la discoteca le permitieron mostrarse como se siente. Toda una mujer empoderada de los tacones, la vestimenta con escote y una que otra mirada al mundo exterior para ratificar que no necesita de aprobaciones.

Foto / Carlos Marín

Yesica habla de su vida personal, que ya no es tan privada en un pueblo que no supera los 6000 habitantes. Para qué preguntar por ella en la esquina del tango, si ella misma puede narrar con detalles cada episodio entre un café y el frío pijaense.

Justo en la otra esquina de pueblo, en la administración, se llega al sitio, donde sin prisa Yesica empieza el relato de esa relación que a lo largo de su vida ha tejido con la danza, y esa fluctuante cercanía con el Baloncesto.

Foto / Carlos Marín / Pijao Quindío

“Mi madre se llamaba Liliana Cardona, mi padre Edison Zuluaga, de ellos puede decir que soy una persona educada desde niña, muy respetuosa. Me inculcaban valores y el amor familiar, amarnos a nosotros. Desde pequeña me gusta la danza, estuve en el grupo de danzas del colegio y desde niña quería vestir como mujer. También hacia deportes, jugaba con la pelota, me gustaba mucho el Baloncesto. A veces en el colegio molestaban, pero en mi casa no encontraba resistencia”.

Yesica

Foto / Carlos Marín

La primera persona que amó después de sus padres, fue a ella misma; en lo que se había convertido, así en los documentos apareciera como Yeison. “Siempre me he llamado Yesica aunque en la cédula tuviera otro nombre”, agregó.

Pasaron los años y la adolescente fue creciendo, su manera de comportarse no era propia del estereotipo que crea la sociedad a la hora de definir a un hombre con pantalón y una mujer con falda. No, para Yesica no había que seguir ese esquema cultural en un pueblo de calidad humana como Pijao y ese fue el primer paso que pudo dar, sentirse aceptada en su territorio.

La juventud no la tomó desprevenida, aprovechó este momento para hacerse más mujer, si vale la afirmación en un país donde la cédula define las prioridades entre leyes y crudas realidades para la población LGBTI.

“El 3 de diciembre del 2007, me acerqué a la registraduría de Pijao a hacer los documentos para el cambio de identidad sexual en la cédula. Tuve que empezar desde cero con registro civil de nacimiento, luego la contraseña; recuerdo que cancelé 70 mil pesos y a los tres meses me entregaron la nueva cédula. Me sentí muy feliz en ese momento, porque no solo era lograr un paso para mí, sino para la población LGBTI de mi pueblo”, compartió.

Yeison se desvaneció cuando tuvo el papel en sus manos, ahora tendría que vivir a plenitud como Yesica Alexandra Cardona Zuluaga. La misma que juega Baloncesto y baila. La introvertida que saca todo de sí cuando escucha una canción de Shakira.

Yesica

Foto / Carlos Marín

 

No ha sido fácil

Pero no todo ha sido fácil en la vida, perdió en el 2007 a doña Liliana y luego sufrió la partida de su papá. Momentos difíciles donde tuvo que aferrarse más a la familia, especialmente a su hermana Luis Fernanda, quien vive en el mismo pueblo.

Como si fuera poco, en el 2012 cayó a la cárcel, dice Yesica, producto de alguien que le hizo una mala jugada en la venta de estupefacientes. Una trampa de un soldado al que no le guarda rencor.

En el centro de reclusión penitenciario de mediana seguridad de Peñas Blancas en Calarcá, Quindío, cumplió parte de su condena. Porque dado a su buen comportamiento, le fue concedido el permiso de casa por cárcel. Sin embargo, su estadía en la cárcel no pasó desapercibida en su amor por el deporte, allí ratificó que tiene las condiciones para jugar al Baloncesto, logrando destacar como reclusa, ganando medallas.

Yesica

Foto / Carlos Marín

Una vez quedó en libertad, retornó a la pasión que siente por el baile, la actividad física, todo cuanto le ha ayudado a construirse como persona, como instructora y deportista. Desde la escena social y cultural en el pueblo, se le ha aceptado como promotora de actividades para los niños, niñas y adolescentes; también como una defensora asidua de la población LGBTI.

Foto / Carlos Marín

Con su rojo brillante en el cabello, los tacones despampanantes y un atuendo que no raya con lo cliché en su mundo, busca la oportunidad de aportar a la comunidad desde las tradicionales culturales, deportivas y administrativas.

Yesica, con 30 años y 1.70 metros de estaturas continúa con la enseñanza de la danza, representa a Pijao en el Baloncesto y es aspirante al Concejo Municipal.

“Unidos somos más. Más deporte, más región”

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