Evitar la fuga de talentos, una tarea de todos los actores del deporte

Foto / Pablo Bohórquez. Juliana Franco, Bolichera Risaraldense en Juegos Bolivarianos.

Causa sorpresa que Juliana Franco y Gloria Arango hayan decidido representar a otra liga de Colombia; luego cortar sus alas sería un gesto egoísta, allá encontraron más oportunidades, lo que debería propiciar un espacio de discusión. 

Sin los escenarios de reflexión muy difícilmente se llega a la práctica, pero esa que sea contundente que mueva fibras y despierte. Nada se hace buscando la discusión sin consecuencias, sin resultados.

Discutir en el mejor sentido del verbo, llevará a comprender que la salida de Juliana Franco y Gloria Arango tiene más aristas, tiene más asuntos de los que se cree. No es necesario replicar que se marcharán por la ausencia de algo, de eso ya hay consciencia. ¿Pero qué es?

La pérdida de la bolera ocasionó una implosión al interior del Bowling en Risaralda, como si esos objetos redondos que chocan contra los pines se hubieran sacudido en la pista para no derribar a ninguno. El escenario, en otro contexto, hubiera frenado un poco el asunto, al que después le surgieron más efectos en el largo plazo, los mismos que no concluirán con la despedida de Franco y Arango.

Juliana Franco, hoy deportista consagrada de Risaralda, ha estado siempre asesorada de su madre, una señora que a su vez también ha sido de amplia trayectoria deportiva, con un perfil admirable en el entorno. Los movimientos que se gestaron desde la Liga Risaraldense de Bolo, después de desaparecer la pista, no gustaron para nada ni a la una ni a la otra. Y como si fuera una sinfonía, se empezaron a fundar descontentos entre ellas.

Al deportista hay que tenerlo contento, de eso saben en Fútbol, Tenis, Baloncesto, Natación, Rugby, Fútbol Americano y cualquier otra disciplina que haya tocado el cielo en el deporte. A Juliana y a doña Gloria no, ni desde la liga, ni desde el ente territorial según relatan, pese a que Juliana ha gozado de ser deportista apoyada, pese a que doña Gloria es confianza y experiencia en Risaralda.

Luego, seguramente desde el ente territorial se tendrán que ir muchos deportistas entonces, porque a nivel de respaldo no se podrán complacer a todos. La mayoría de ligas del país están habitadas por dirigentes, entrenadores y deportistas que avalan la gestión de la administración pública; pero también hay ligas que están habitadas de personas que no. Entrando en la lógica de la suposición, que los actores que avalan son los que reciben más respaldo, los que no, esos que ni siquiera son escuchados en los despachos. Parece que a ambas les sucedió lo segundo.

Luego de estos intentos de acercarse a la realidad, lo más impactante es que las responsabilidades apuntan a diferentes direcciones y ninguna tienen como destino la responsabilidad conjunta, esa que le amargue el rato no a uno, sino a varios actores del deporte.

Desde la Liga Risaraldense de Bolos debieron acatar con agrado las recomendaciones de las deportistas en mención, de la misma manera en el ente territorial; pero ojo, también las dos atletas debieron buscar las suficientes alternativas para demostrar las inconformidades y no callarlas hasta llegar a este punto. No se trata de señalar, se trata de caminar para explorar, para construir, para edificar.

Quienes quedan acá, son motivados a replantear el asunto, convertirlo en un caso de estudio; porque aquí no se habla única y exclusivamente de la administración de una liga, se habla de entrenadores, de acciones, de procesos, de respaldo; se sostiene el argumento de la carencia tanto en la construcción de un proyecto como en el respeto hacia un deportista y su trayectoria.

¿Qué se está haciendo para retener a los atletas que tendrán propuestas de otros departamentos? como ya las vivieron Harold Maturana, Jhon Solís, Daniel Pineda, Jhon Jairo Serna, Juliana Franco y Gloria Arango.

Aquí la responsabilidad no solo es de la liga, no solo es del ente territorial, aquí la responsabilidad incluso es de los deportistas.

Algo hay en el Eje Cafetero que decenas de atletas se mantienen en este lugar. O cómo explicar que jugadores de Antioquia y Valle quieran llegar a este territorio para encontrar oportunidades en Bádminton. ¡Qué paradoja!

Los que se van es porque encuentran que algo no los satisface aquí y algo que los complace afuera, pero ese algo no tiene que ver con una sola persona sea negativo o positivo, ese algo no tiene que ver con un solo actor, ese algo involucra a varios. Ahí, en ese factor conjunto, es que se debe poner la primera idea de solución, que en la filosofía de semilleros, es trabajar unidos.

“Unidos somos más. Más deporte, más región”

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