Alcalde Juan Pablo Gallo, ¿quién administra El Diamante de Béisbol?

Juan Pablo Gallo, ¿Quién administra el Diamante de Béisbol?

Carlos A. Marín

Sigue siendo una pena que dos ligas deportivas de Risaralda persistan en la puja por el escenario, donde la disputa se torna tensa e incomprensible por momentos, dada la responsabilidad que tiene el Estado en su manejo de los escenarios deportivos.

Recuerdo que cuando le consulté al Alcalde de Pereira, ¿quién maneja el escenario?- me respondió: el municipio, – le refuté: no, – contrarespondió diciendo que lo hacía la Corporación Deportiva de Pereira, donde el municipio tiene un porcentaje alto de cuotas de aportación (más del 70 por ciento), es decir, que las decisiones que tome Juan Pablo Gallo, deben ser acogidas por la Asamblea General de la Cordep, de la que él hace parte.

Sin embargo, en el caso de El Diamante de Béisbol, no existe registro que pruebe que la Corporación Deportiva de Pereira es realmente quien administre el escenario, y a la luz del Gobierno Municipal, tampoco se ha publicado documento alguno que lo refiera como administrador del espacio.

El artículo 70 de la Ley 181 de 1995, estipula que serán los municipios los responsables de administrar los escenarios deportivos. En este caso, el estadio construido para los Juegos Nacionales de 1974, se encuentra sin administrador. ¿Ha estado sin administrador 43 años?

Han sido más de 3 décadas que diferentes clubes de fútbol de toda índole han hecho uso del escenario,  esto sin que haya evidencia de un contrato con  algún organismo deportivo, hasta ahora.

En 2009-2010, cuando se empezaba la remodelación del estadio Hernán Ramírez Villegas, para el Mundial de Fútbol Juvenil, el gramado antiguo del estadio se envió al lugar, dejándolo como bodega deportiva. Así continuó hasta el 2014 cuando llegó Béisbol al lugar.

La Liga Risaraldense de Béisbol tomó posesión pasiva del lugar, pues este deporte no tenía un sitio específico para practicar y ante el abandono del escenario, sus miembros decidieron darle vida.

La posesión se hizo en agosto de 2014, cuando en el municipio ejercía como Secretario de Deportes, Ómar Parra, este permitió en una conversación de palabra a Denis Darío Correa, hacer uso del lugar.

La Corporación Deportiva de Pereira, que en el momento dirigía Harold Campos, no puso reparo alguno, pues la decisión del Secretario de Deportes del Pereira se respeta en la junta directiva de la Corporación.

Sin embargo, unos meses después, Harold Campos firmó un contrato con la Liga Risaraldense de Fútbol donde se estipularon una serie de cláusulas de cumplimiento entre uno y otro, el contrato tenía como objeto el arriendo de El Diamante.

Ese es tal vez el único documento que ha existido en la historia de la Corporación respecto a facilitar El Diamante de Béisbol de manera legal a un organismo deportivo. El mismo Harold Campos, firmó un documento donde arrendaba el lugar desde enero del 2015, hasta diciembre del 2024 a la liga de Fútbol.

Mientras la Liga Risaraldense de Fútbol buscaba recursos para empezar a ejecutar el contrato, su similar de Béisbol, ya adecuada el terreno para la práctica oficial de la disciplina.

Dos años después de firmado el contrato, fue en diciembre del 2016, cuando la Liga Risaraldense de Fútbol reclamó el lugar, pues tenía en sus manos un contrato firmado con la anterior directiva de Cordep, además de una serie de recursos económicos para pensar en la construcción de un estadio de Fútbol.

El reclamo consistió en asistir al lugar y derruir en días, lo que Béisbol había reconstruido en dos años.

La reacción de los miembros de Béisbol no fue menor, se llamó a la Policía, hubo alegatos; pero finalmente el contrato que presentó Fútbol, sirvió como prueba para que salieran del lugar.

Béisbol más indignado que resignado, inició una acción legal, esto como consecuencia de las negativas de la Corporación Deportiva de Pereira, que restaron importancia a las declaraciones y quejas de Denis Darío Correa, presidente de la Liga, para que el lugar les fuera devuelto. Además porque no se tenía en carpeta aval de dicho contrato. A Darío a veces lo ignoraban por considerarlo un señor salido de tono, sin tacto para hablar, brusco en sus comentarios,  le evitaban diálogos. “No nos pueden sacar así”, manifestaba Denis Darío Correa en medios, emisoras y redacciones deportivas.

Por su parte, Arpidio Escobar, presidente de la liga de Fútbol, no fue menor en sus declaraciones, trató de liga de papel a Béisbol, siempre mostrando una postura rehacía hacia la posibilidad de ceder el escenario.

Las declaraciones se encendieron de parte y parte, palabras fuertes iban y venían. Arpidio argumentando que su liga tiene 16 mil miembros inscritos, mientras que Béisbol no tenía una cantidad representativa; pero aun así no negaba el derecho que tiene el ciudadano de practicar otra disciplina diferente al Fútbol.

Denis Darío Correa argumentaba que no iba a dejar que Fútbol reinara más en el departamento, que su objetivo era detener a Arpidio en lo que consideró un atentado a los peloteros de Risaralda.

Supuestas amenazas, palabras subidas de tono, fueron una orquesta sin mucho eco en un departamento mayormente futbolero.

Esto ocurría de frente a la realidad de los escenarios deportivos de Risaralda, donde la Cordep, desde su administración ha imposibilitado el préstamo de los escenarios con costos altos en su alquiler. Esto desde la llegada de Carmen Julia Gutiérrez, actual directora.

Fútbol argumentó no tener escenarios para más de 16 mil jóvenes futbolistas en Risaralda, quejándose incluso de los costos que Cordep exigía cancelar por el préstamo de canchas como la sintética de la Villa Olímpica, o del arrendamiento del estadio Hernán Ramírez Villegas para torneos nacionales.

Béisbol tomó acciones legales, acudiendo a la figura de querella para alegar una supuesta perturbación a la posesión pasiva, daños y perjuicios por parte de Fútbol. La querella no ha prosperado.

Lo último que ocurrió salido de tono, fue el reingreso de Béisbol al escenario deportivo este domingo 22 de octubre de 2017, donde los miembros de la liga entraron al escenario amparados bajo un documento emitido en septiembre del 2017, donde anulan la anulación de la querella presentada por Denis Darío Correa, querella que un Inspector de Policía había resuelto sin ningún beneficio para esta liga.

El documento expresa que la nulidad se debe a que no se tuvo en cuenta las pruebas que existían de parte de la Corporación donde su actual directora esgrime que no tiene registros de la validez del contrato entre Fútbol y dicha Corporación.

Este domingo de octubre, Béisbol ingresó al lugar, mientras Luis Duque, director ejecutivo de la Liga de Fútbol, solicitó tener cuidado con el campo que está siendo adecuado para la construcción de una cancha, donde la administración de Juan Pablo Gallo, el mismo que ha estado “ignorando” la situación, autorizó inversión.

Nuevamente ingresó la Policía, y se orquestó un nuevo hecho que se rememora como aquél diciembre del 2016 cuando Fútbol ingresó a sacar a Béisbol.

Foto / Carlos Marín

Los miembros de Béisbol recordaron a Fútbol aquella situación tensa cuando fueron sacados, casi que respondiendo de la misma manera.

Luego, la realidad se da bajo discursos que ni Concejales ni Diputados han podido mediar, primero porque no están tan comprometidos, segundo porque el asunto legal le propició un tinte diferente al alegato.

La prensa ha intentado mediar; pero la disputa antes que ser deportiva, se transformó en una disputa de egos, donde Béisbol no parece ceder ante los intereses de Fútbol, ni viceversa.

Luego, la ausencia del Estado se siente más que nunca. ¿Ha estado el municipio ignorando por 43 años la responsabilidad que tiene con El Diamante de Béisbol?

¿Tendría el Estado que pagar las consecuencias que ha acarreado la discusión alrededor del espacio? o ¿tendría la Cordep que pagar las consecuencias de haber firmado un contrato sin tener el piso jurídico?, este punto involucra a Harold Campos, quien tendría que responder como representante legal de la época.

Incluso una versión que no es nueva, apunta que el cuidador del escenario deportivo del lugar ha estado trabajando por más de 10 años sin recibir algún tipo de remuneración, lo que invita a pensar que el Estado, o la Corporación tendrían que negociar con él un arreglo económico.

Finalmente, El Diamante de Béisbol, no solo en un escenario que no representa en este momento un lugar de entretenimiento para los ciudadanos en cuanto a la convocatoria de eventos deportivos se refiere, como gran parte de la Villa Olímpica, sino  una compleja realidad que genera desacuerdo en dos ligas necesitadas de lo mismo, espacios.

Alcalde, ¿Hasta cuándo esta situación?, y no nos envié donde su jurídico, porque usted representa al municipio, yo no voté por su jurídico, voté por usted.

«Unidos somos más. Más deporte, más región»

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