Luis Quiguanás: entrenador fitness que convierte el movimiento en comunidad y sanación
Por. Angie Daniela Valencia y Jhon Hadison Aguirre
En el corazón del Eje Cafetero colombiano, donde el café y la calidez de la gente son parte del paisaje, existe una figura que ha revolucionado el fitness y la actividad física. Luis Quiguanás, más que un entrenador, es un creador de comunidad, un tejedor de experiencias y emociones.
Su historia, está marcada por la resiliencia y el deseo de transformar vidas, inspira a cientos de personas que encuentran en el movimiento no solo una manera de ejercitarse, sino de sanar y conectar.

Foto / Semilleros Deportivos / Valentina Jiménez
De las arepas al parque: una infancia que forjó carácter
Luis creció en una familia humilde. Su madre, vendedora de arepas, fue su primer ejemplo de esfuerzo y dedicación. “Yo soñaba con manejar un bus o tener un trabajo sencillo. Nunca imaginé ser entrenador”, recuerda. Sin embargo, el destino le tenía preparado otro camino.
En el colegio, como parte de su servicio social, eligió ayudar en la logística de clases deportivas en parques. “El primer día, nervioso y sin saber cómo conectar el sonido, vi cómo la gente respondía al instructor. Me enamoré del ambiente, de la energía, de las risas y el sudor”, relata.
La vida familiar no fue fácil. Mientras su madre le brindaba amor y apoyo, el maltrato por parte de su padrastro marcó su infancia. “Eso fue un aliciente para salir adelante. Aprendí a perdonar desde el corazón. Eso me permitió evolucionar como persona y como líder”, confiesa.

Foto: Angie Daniela Valencia para Semilleros Deportivos
El primer impulso: la terquedad como motor
A pesar de las dudas y las voces que le decían que el fitness no era para él, su madre fue quien, vendiendo más arepas, le regaló la primera certificación. “Ella misma me decía que ese mundo era para gente con plata, pero fue quien me impulsó a dar el primer paso”, cuenta con gratitud.
Luis reconoce que la terquedad fue clave para avanzar. «Hay que ser llevado de su parecer para lograrlo”. No hubo un momento exacto en que decidió dedicarse por completo al fitness, pero sí una certeza interior: “Eso se siente en el alma. Es como un barco que navega sin rumbo fijo, pero que no se detiene”.
Del gimnasio a la comunidad: el nacimiento de una filosofía
La experiencia en gimnasios le mostró las carencias del modelo tradicional. “Veía cómo los nuevos se sentían excluidos en las clases grupales. Si atendía a los principiantes, las veteranas se molestaban. Nadie debía sentirse desplazado”, explica. Así nació Quiguanás Fitness: “Aquí, todos son VIP. El respeto y la bienvenida son el plus que ofrecemos. No importa si es una clase sencilla o un gran evento, cada persona es importante”.

Foto: Angie Danilea Valencia para Semilleros Deportivos
El método Quiguanás Fitness VIP Grupal se distingue por la música, el vestuario y la sincronización, pero sobre todo por la energía colectiva. “La música es el alma de la clase. El vestuario ayuda a que la gente se sienta parte de algo especial. Pero lo más importante es la conexión emocional. Hay personas que han llorado en medio de una clase, que han liberado angustias o tristezas. Mi respuesta siempre es el acompañamiento, el respeto y la empatía. El movimiento es catarsis”, asegura.
Historias que conmueven y transforman
A lo largo de casi una década, Luis ha sido testigo de historias impactantes. “Recuerdo una señora que llegó deprimida, con problemas familiares. Poco a poco, fue encontrando en las clases un espacio de sanación. Hoy es una de las más entusiastas y ayuda a otros a integrarse”, relata emocionado.
La responsabilidad de manejar emociones ajenas nunca es fácil. “Las personas llegan con cargas muy fuertes. Hay que ser muy cuidadoso, saber escuchar y dar el espacio para que cada quien viva su proceso. No soy terapeuta, pero sí un canal para que el cuerpo ayude a sanar”, explica.
Conexión familiar y lazos que trascienden
Uno de los logros más significativos de Quiguanás Fitness ha sido unir a familias, especialmente a madres e hijos, a través del movimiento. “Ver cómo se conectan, cómo se ríen juntos, cómo se apoyan, es de lo más bonito que me ha pasado”, dice con una sonrisa.
Su propia familia ha sido ancla y motor. “Mi mamá ha sido el pilar. También he tenido que soltar personas en el camino, porque no todos entienden o comparten el sueño. Pero eso también es parte del crecimiento”, reflexiona.

Un legado en expansión
El movimiento Quiguanás Fitness VIP se expande por Colombia y sueña con llegar a otros países. “Quiero que esto trascienda fronteras. Que la gente entienda que moverse no es solo cuestión de físico, sino de mente y espíritu. El legado que quiero dejar es que cada paso puede ser un acto de amor propio”, afirma.
Cuando se le pide resumir su misión en una frase, no duda en decir: “Transformar vidas a través del movimiento, la alegría y el respeto”.
Un mensaje para el joven que empezó y para quienes siguen el camino
Si pudiera hablarle a ese joven que empezó inseguro y lleno de dudas, Luis le diría: “No te rindas. Cree en ti, aunque nadie más lo haga. Los sueños se construyen paso a paso, con esfuerzo y corazón”.
Y un mensaje para quienes hoy lo siguen, es:
“Gracias por confiar, por permitirme ser parte de su proceso. Moverse también es sanar. Cada paso cuenta, cada sonrisa suma. Juntos somos más”.
Antes de terminar, Luis regala una pequeña experiencia: “Respiren profundo, suelten las tensiones y recuerden: el movimiento es vida, es amor propio, es comunidad”.
Luis Quiguanás ha demostrado que el fitness es mucho más que ejercicio; es una herramienta de transformación, un puente hacia la sanación y la alegría. Su historia es un ejemplo de cómo, a pesar de las adversidades, el poder de creer en uno mismo y en los demás puede cambiar realidades y construir comunidad.
«Unidos somos más. Más deporte, más región»



