Javier Carrillo, el hincha pijao que sufrió la final como pocos

Foto/Suministrada

Javier Carrillo,  un hincha que puede hablar de lo que significa la segunda estrella para lo pijaos en la liga colombiana. La final la vivió como muchos, pero también lo sufrió como pocos.

A solo 200 kilómetros de distancia entre Pereira, la ciudad donde vive actualmente, y Medellín, sede de la gran final del fútbol profesional colombiano, se encontraba don Javier Carrillo, ahí en su apartamento, siempre bien acompañado de su esposa como los hinchas furibundos del Deportes Tolima.

Por. Carlos A. Marín/Jhon Hadison Aguirre

Los nervios punzaron durante todo el torneo, pero en la recta final fueron más agudos, y especialmente en el minuto a minuto del partido final que auguraba con anhelo, ver a la Vinotinto y Oro celebrar su segunda estrella.

Entre risas, narra la experiencia que lo obligó a apagar el televisor, cuando a solo 15 minutos de finalizar el juego todo parecía resolverse a favor de los verdolagas.

Y es que la historia relata que en una instancia similar hace algunos años, “Varillo” como le decían de joven en su pueblo, sufrió un infarto que puso a prueba su corazón y el de su familia justamente en una tanda de penales…, unos años después, ya recuperada su salud, prefirió no arriesgarse ante la desilusión de perder la oportunidad de la segunda estrella y por eso prefirió apagar la pantalla chica… pero la tentación una vez más lo venció, y oh sorpresa, cuando volvió a encender la tele, el marcador ya estaba a favor del equipo de sus amores…

Fue entonces cuando las llamadas de sus familiares arremetieron en su celular y obviamente a través del WhatsApp, todo preocupados por los pálpitos de su corazón… y sí, de nuevo, la ansiedad lo obligó a quitarse la camisa, porque el sudor producto del nerviosismo apareció otra vez… obligándolo a ponerse de pie, para caminar un poco y esperar una nueva y sufrida tanda de penales…

Su esposa, doña Patricia, confiada en su estado de salud, pero nerviosa por la nueva posibilidad de ver el título para la escuadra que les vio nacer en el Líbano-Tolima, decidió bajar el volumen del televisor y narrarle a Javier, poco a poco lo que iba sucediendo… sin desconocer que a ella también la invadía el fervor de ver a su equipo del alma coronarse campeón.

Ella, con voz suave y controlada, le iba comentando uno a uno los cobros que iban a la red, y aquellos que el cancervero tolimense logró detener… fue en un instante de silencio, intentando controlar la voz, que ella le afirmó… Javier … ganamos…, Tolima es Campeón…

Foto/Suministrada. Javier Carrillo (Der.) con su gran amigo «Pocho» en el Estadio Ariel Gonzáles. Líbano Tolima.

Él, que se aventuró al fútbol desde niño, sabe lo que se siente pegarle a la pelota desde sus tiempos de juventud cuando hizo parte de las inferiores del equipo pijao;  pero ahora, también lo que es ser hincha desde Pereira, la ciudad que lo acoge como una hermano más, pero que no le quita esa arraigo por sus ancestros; el fútbol lo ha sentido en las venas y en las arterias, aún cuando ya no vive en su natal Líbano, Tolima.

En su rostro, de impecable mirada humilde, reconoce que su Deportes Tolima no es el mejor del mundo; pero qué va, es el mejor de Colombia, así lo vieron millones de televidentes en la jornada del sábado por la noche, especialmente sus vecinos en un conjunto cerrado al occidente de Pereira. Dicen los testigos, que Javier fue el único que salió corriendo por el vecindario gritando Tolima Campeón… Tolimita Campeón… él con su estilo particular y su bella manera de tomarse la vida, decidió darle la vuelta olímpica a su conjunto y hacerle saber a sus vecinos, que la segunda estrella llegó para quedarse con orgullo en el pecho que lleva ese fuerte pálpito por la Vinotinto y Oro.

Cuando se pone la sagrada, la camiseta de su equipo; no se las cree, recuerda una y otra vez los momentos cuando el equipo hizo buenas y malas presentaciones. Es que ha sido el elenco musical motivo de varias decepciones, tristezas, pero también alegrías y festejos, toda una gama de emociones para el corazón furtivo de este apasionado hincha que se dejó, también conquistar, por la Perla del Otún.

Aunque hay una verdad que Javier no esconde con quiénes comparte, es que el deporte ha ocupado un lugar especial en su vida, en la vida de su familia… Así como el infarto amagó con complicarle la vida, tantas veces como el Tolima lo hizo, también ha sido el deporte el producto de sus mejores anécdotas. Javier Carrillo,  si que puede hablar de lo que significa la segunda estrella para lo pijaos. 

Foto/Suministrada

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