Jenni Marcela Arias es de oro, así haya ganado plata en el cuadrilátero de Barranquilla

Foto / Carlos Marín

Lágrimas al final del combate, lágrimas de coraje, sinsabor que dejó no poder celebrar con la de oro, la ansiada medalla que desde el primer combate trabajó la púgil de Guática, Risaralda, Jenni Marcela Arias Casteñeda, quien solo pudo decir, ¡Gracias! después de recibir la medalla de plata. 

Así es el deporte, hermoso, lleno de detalles, de sorpresas que terminan diluyendo ideas, ilusiones como la que se construyó en los XXIII Juegos Centroamericanos y del Caribe por la deportista risaraldense, quien después de ganarle a la nicaraguanse Elki Cubillo 5-0, y de superar a la dominicana Estefania Almanzar, no pudo concretar en la final el propósito por el que llegó Barranquilla.

Desde el primer asalto la puertorriqueña se hizo sentir, apagando de una vez la voz del público que se contuvo como no sucedió en las peleas anteriores, donde el común fue el coro ¡Jenni, Jenni!, esa fue tal vez la premonición de lo que pasaría.

Aunque Jenni es pujante, de la tierra donde se habla de Casta de Hidalgos, de Risaralda, a 615 kilómetros del mar Caribe, lejos, pero no tanto como para no querer festejar en su propia casa. Pese a que utilizó el upper, gancho, y lanzó con potencia, su rival le amagó para entrar y salir cuando necesitaba. Desde el primer asalto Arias tuvo que exigirse.

Foto / Carlos Marín

En el segundo asalto, o round, como se quiera, escuchó a sus entrenadores, salió un poco más prevenida; pero los tiempos de la boricua la cegaron por cuestión de segundos, hasta que retomó y volvió a su cuerpo, el atlético cuerpo de la boxeadora más importante del Eje Cafetero en los 57 kilogramos. El combate lució más parejo, con sensaciones encontradas para la asistencia que solicitaba a la juez no permitir que Lozada tomara a Jenni, para restarle maniobras y así concluir bien. Por momentos se vio amañada, así lo percibieron por la televisión, aunque allá se experimentara algo distinto.

Foto / Carlos Marín

En el tercer asaltó, los nervios más  de punta, a remontar o celebrar lo incierto. La lona, azul, las luces, la televisión, el público, la presencia, ¡qué show!, Arias se repuso sobre dos minutos, pero luego Ashleyann regresó no para lanzar, para esquivar y aguantar, y momentáneamente pegar.

El combate final en damas 57 kilogramos terminó y el público barranquillero, que sabe de este deporte, no dio por ganadora absoluta a Arias, dejó que el referato se pronunciara, cuando lo hizo, la decisión fue sorpresa para algunos, consecuencia para otros y resignación para la mayoría, incluso para Jenni que no pudo contener su descontento, o quizá desilusión al no conseguir lo que ella necesitaba, lo que el boxeo requería y lo que el departamento esperaba; para quienes a la distancia la siguieron, la vieron, estuvieron atentos, Jenni Arias vale oro, así haya ganado plata.

Foto / Carlos Marín

En la premiación no pudo disfrazar su tristeza, que contrastó con las lágrimas de felicidad de su oponente, pero al final subieron las protagonistas al primer puesto para demostrar que esto es deporte, un estilo de vida donde se gana y se pierde.

PODIO 57 KILOGRAMOS 

1. Ashleyann Lozada (PUERTO RICO)

2. Jenni Marcela Arias (COLOMBIA)

3. Leilany Moreno (Guatemala)

3. Estefani Almanzar (República Dominicana)

«Unidos somos más. Más deporte, más región»

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