Concluyó la Copa América de las inconformidades en Brasil

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Se terminó la última versión de la competencia entre selecciones más antigua del mundo, coronando a un onceno Carioca como campeón en su casa.

La Copa América de Brasil 2019, edición 46 del evento de fútbol de mayores organizado por la Confederación Sudamericana de Fútbol, Conmebol, para Sur América, nuevamente dejó un mar de críticas.

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La más fuerte y contundente tuvo como protagonista al ’10’ argentino Lionel Messi, que desenfundó no sólo destellos de fútbol exquisito en los últimos partidos, sino duros cuestionamientos ante la Conmebol, aludiendo al concepto de corrupción.

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Todo esto apuntaba a conceptos desfavorables que se hicieron públicos por el mediocampista del Barcelona, dado el calor de la no clasificación de su equipo a la última instancia; sin embargo, otro esbozo salió con el respaldo a sus palabras, por parte de Arturo Vidal, la estrella de la selección chilena.

Es que el fútbol como las diferentes confederaciones y/o asociaciones deportivas que nutren de competencia en espectro deportivo en el mundo, no están exentos de estos alegatos.

Cada una de estas competencias se han estructurado como apuestas de negocio que dejan multimillonarios dividendos. Ratificando este deporte como uno de los más rentable del mundo.

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En esa mirada capitalista, cuando los recursos económicos se ponen en el centro, cualquier esfuerzo por convertir un proceso transparente se puede ver truncado. Y esa, es la queja de los deportistas.

Más allá del diálogo sobre la existencia de posibles casos de corrupción al interior de las confederaciones deportivas y sus campeonatos, es necesario entender que el negocio del fútbol se está perjudicando a sí mismo.

Estadios con escaso público en la fase de grupos, poca convocatoria y un sistema de Árbitro Asistente de Vídeo, VAR, por sus siglas en inglés, que no terminó de complacer la naturalidad del juego en esa búsqueda de justicia para las selecciones.

El VAR influyó en resultados, determinó clasificaciones, algunas justas, otras a la luz de la imperfección humana, injustas.

Los amantes de la pecosa tendrán estas y otras apreciaciones respecto a lo que se cocina en el fútbol, que en todo caso, sea lo que sea, no es deportivo, en razón del dinero, ha dejado de serlo hace mucho tiempo.

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