Con población venezolana en el Eje Cafetero, amerita trazar rutas de atención, también en deporte y recreación

Un proceso de acogida amoroso merece todo ser humano, y hasta para ello el deporte sirve como gran canalizador de alternativas, ideas y propuestas de integración.

Foto / Pablo Bohórquez. DELEGACIÓN VENEZUELA JUEGOS CENTROAMERICANOS

De acuerdo con las cifras de Migración Colombia, se menciona que alrededor de un millón de personas provenientes de Venezuela llegaron a Colombia hacia el mes de junio de este año y más del 80% de ellas tienen el deseo de permanecer en el país.

La mirada migratoria antes que desde la amenaza, debe sumirse como potencialidad. El inmigrante como vector de desarrollo también trae conocimientos, experiencias, creatividad y actitudes que buscan canalizar y superar su condición de vulnerabilidad.

En materia deportiva, los niños, niñas, jóvenes y ciudadanos venezolanos también cuentan con capacidades, algunas ya desarrolladas, otras por explorar; sin embargo, el llamado en materia deportiva es ampliar la oferta de servicios, flexibilizar las condiciones de irregularidad y permanencia en el territorio colombiano para dar respuestas complementarias a las condiciones desfavorables que les afectan.

Un proceso de acogida amoroso merece todo ser humano, y hasta para ello el deporte sirve como gran canalizador de alternativas, ideas y propuestas de integración.

En tal sentido, y pese a que el PEP (Permiso Especial de Permanencia) les permite a los venezolanos acceder provisionalmente a condiciones laborales, de educación y salud, también es importante pensar en alternativas de recreación y deporte que de forma complementaria acompañen el tránsito hacia una sociedad que reconoce las condiciones de igualdad y equidad de la población.

Más de 2.400 venezolanos se reportaron en Pereira, cifras menores en Manizales y Armenia. Sin embargo, las estadísticas, unas más oficiales que otras, anticipan un creciente número de inmigrantes del vecino país, a los que se suman también algunos provenientes de Ecuador.

La realidad migratoria sur-sur, amerita ideas creativas, proyectos deportivos alternativos que den respuesta a una necesidad o problemática que requiere del concurso de todos los actores sociales, entre ellos directivos, los mismos deportistas y hasta las familias, en un reconocimiento sano de la co-rresponsabilidad que implica el fenómeno migratorio en nuestro país y especialmente en la región del Eje Cafetero.

Más que cifras, la población venezolana requiere acogida, acompañamiento y alternativas. Allí, el ecosistema del deporte, también puede contribuir.

«Unidos somos más. Más deporte, más región»

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